Solo diez días de sangre
El SAS inicia una campaña para mejorar los niveles de reservas, que se encuentran bajo mínimos desde que comenzó el veranoEl Centro de Transfusiones solo cuenta con reservas para ese periodo si no recibe ninguna donación
JEREZ.Actualizado:El verano está pasando factura al banco de sangre de la provincia. Universidades y centros de trabajo, los lugares por excelencia para conseguir donantes, cierran por vacaciones y toca salir a la calle para buscarlos y generar conciencia. Si en invierno se realizan una media de entre 150 y 180 donaciones diarias, durante los meses de verano bajan hasta las 120, un descenso que sería más grave e importante de no ser porque durante la época estival el ritmo de los quirófanos también es menor. Y hay que tener en cuenta que la sangre almacenada no es para siempre, tiene fecha de caducidad.
«Es algo bastante complejo», asegura Miguel Ángel Barbero del Centro de Promoción de Transfusiones de Sangre de la provincia de Cádiz. Ya lo ha explicado decenas de veces y sigue pareciendo un misterio: «no todos los elementos que se encuentran en la sangre tienen la misma caducidad, las plaquetas duran cinco días mientras que la propia sangre aguanta 42 , por lo que no es posible dar una cifra concreta de reservas aunque ahora hay que admitir que son realmente bajas».
Ángel insiste en que «con las bolsas actuales, el Centro de Transfusiones aguantaría, pero también recalca que «tan solo habrá para diez días más en el caso de que no se hiciera ni una sola donación en toda la provincia», una situación que en estos momentos es inconcebible. Lo ideal que es no pasen tres días sin recibir a ningún voluntario.
Para asegurar un buen suministro de sangre en caso de intervenciones quirúrgicas o estar preparados por si hay algún accidente, el Centro de Transfusiones cuenta con una reserva de unas 2.000 bolsas de sangre a lo largo del año. «Tener bolsas a partir de las 1.500 es un buen síntoma», pero durante el verano baja hasta la preocupante cifra de 1.100. Un número que ante el caso de una operación complicada inesperada o un accidente de tráfico graves sería insuficiente para atender a toda la demanda.
Grupos raros
Esta situación puede complicarse aún más con los tipos de sangre más anómalos como es el caso del B negativo. «Al ser un grupo bastante raro tenemos muy pocos donantes. Normalmente no importa porque los pacientes que necesitan este tipo de sangre también son muy reducidos pero en caso de someterse a una operación, por ejemplo, haría descender de golpe las reservas», continúa Barbero.
Por este motivo las campañas para donar sangre son continuas y durante la mayor parte de los meses de junio, julio y agosto sale un autobús en busca de donantes. «En muchos casos ni siquiera se acuerdan de ir a donar pues es algo que durante el invierno forma parte de su rutina o van a su oficina pero durante las vacaciones o no están o simplemente no se acuerdan». Afortunadamente, también suceden episodios contrarios. Donantes que se acercan al autobús acompañado de algún amigo y los anima a donar sangre y cuando vuelven a sus ciudades de origen se hacen donantes, aunque éstos son los que menos suceden.
El mes de septiembre es el más complicado, porque los hospitales vuelven a la actividad poco a poco y aún hay necesidad de sangre.