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Complicidad. «Adriana Ugarte tiene un sentido del humor igual de absurdo que el mío». :: EFE
Sociedad

«El amor nos vuelve caóticos y absurdos»

Hugo Silva Actor«Le debo muchísmo a Lucas ('Los hombres de Paco'). Hoy en día sigo trabajando gracias a él», admite el intérprete

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A Hugo Silva (Madrid, 1977) ya no se le atraviesa lo de la fama. «No es que me vuelva loco de contento, pero no me molesta», confiesa. No le queda otra, pues desde el «petardazo» de 'Los hombres de Paco' es uno de los actores que más suspiros provoca. Tras cogerle el gustillo a las miniseries, vuelve a la gran pantalla con 'Lo contrario al amor', su primera comedia romántica.

-Ha superado sus recelos acerca de este género, ¿no?

-Eran prejuicios que ya me he quitado de encima. No es el cine que veía, pero tanto la lectura del guión de Vicente (Villanueva) como su estilo me convencieron.

-Dice Adriana Ugarte que lo contrario al amor es pensar. ¿Cabeza y corazón son incompatibles?

-Es una respuesta muy acertada. No creo que sean incompatibles, pero el amor es algo que no se puede intelectualizar. Se siente y nada más. Cuando queremos cambiar a nuestro gusto a la persona que tenemos enfrente, no estamos utilizando el amor sino otra cosa, y si se usa de forma egoísta puede ser todo lo contrario al amor.

-¿Se aplica el cuento?

-En esta película he aprendido que es preferible guiarse por las sensaciones y los sentimientos.

-¿Hasta dónde llegaría por amor?

-No lo sé. Cuando uno está enamorado simplemente vive ese amor. Nos volvemos caóticos y absurdos. No hay que plantearse hasta dónde se puede llegar.

-¿Y si su chica intenta cambiarle, como en la película?

-No sé qué pasaría, pero me lo guardaría para mí.

-La cinta empieza con tres bomberos y una masajista. Suena muy sugerente...

-(Risas) Es el inicio de una comedia romántica muy buena y a la contra, casi inspirada en el cine de Lubitsch, donde la mujer era la que mandaba y la que elegía entre sus pretendientes.

-Cuenta que la química con sus compañeros ha sido sensacional.

-Ha sido maravilloso. Con Adriana ha sido muy fácil porque es una actriz estratosférica y tiene un sentido del humor casi igual de absurdo que el mío.

-¿Cómo es eso?

-Por ejemplo, había momentos en que jugábamos a ser dos chicas muy pijas a las que todo les parecía mal. Eso nos ayudaba a tener bastante complicidad.

-¿Qué recuerdos le trae Lucas, su personaje en 'Los hombres de Paco'?

-Le debo muchísimo. Hoy día sigo trabajando gracias a él. Y los compañeros son casi familia.

-¿Es espectador de cine español?

-Sí, tengo mucha curiosidad por lo que se hace. Tanto en cine como en tele, la ficción española vive un momento muy creativo.

-Los datos de espectadores del año pasado fueron terribles...

-Aún así hay que seguir haciendo cine. Soy de los que aspiran a que aquí haya una industria potente.

-¿Y qué se debería hacer?

-Tenemos que apoyar nuestra cultura. Desde medios, productores, distribuidores... Y, por supuesto, los que nos dedicamos al cine tenemos la obligación de hacer cosas con un nivel suficiente para crear expectación.