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conflictos olvidados

Cachemira, la batalla continúa

41.970 muertos desde 1989, 600.000 desplazados internos y 18.000 refugiados son el balance provisional

PAULA ACEBO
MADRIDActualizado:

Cachemira, centro de una disputa librada desde hace casi seis décadas entre India y Pakistán, continúa siendo una región en la que los asesinatos, desapariciones y secuestros siguen siendo constantes debido a la fuerte presencia de grupos insurgentes y a los excesos de poder cometidos por las fuerzas armadas indias. La zona en conflicto fue calificada por el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, como el lugar "más peligroso de la tierra", debido entre otros motivos a la posesión de armamento nuclear por parte de las partes beligerantes- India y Pakistán.

Tras la división de la India colonial en 1947 en los estados de India y Pakistán, ambos han reclamado el control de Cachemira. Según el primer acuerdo de partición, los principados de la India británica podrían elegir su adhesión a uno u otro Estado dependiendo de sus características demográficas, geográficas o religiosas. Sin embargo, en la región de Cachemira, el marajá Hari Singh, soberano hindú en una zona de mayoría musulmana, optó por la incorporación de su territorio a la India para evitar el triunfo de la guerrilla paquistaní. Resultó este hecho ser el detonante del conflicto, al violar los términos de la independencia india, que fijaban la adhesión de aquellos territorios de mayoría musulmana a Pakistán.

El Gobernador británico recomendó a su vez que la incorporación definitiva se realizara tras un plebiscito que nunca ha llegado a celebrarse.

Futuro incierto

Aunque la primera y primordial causa del enfrentamiento es de corte territorial, uno de los principales intereses en la región, tanto de los países propiamente implicados como de los principales actores internacionales recae en la ubicación estratégica de la zona, al tratarse de un enclave que genera un pasaje hacia todo el subcontinente a través del Himalaya.

A pesar de que la intensidad de los ataques ha disminuido en los últimos años, los tiroteos siguen siendo frecuentes en la frontera indo-paquistaní. A su vez, las denuncias por parte de la India de continuos intentos de penetración en su territorio por parte de insurgentes del bando contrario son constantes y van en aumento.

El choque en Cachemira podría encontrar su posible solución en una negociación diplomática cuyo objetivo sería el alcance de una soberanía compartida, en caso de que Pakistán no fuera la dictadura militar que es y ha sido desde prácticamente su nacimiento. El problema de fondo resulta ser entonces la naturaleza misma del régimen paquistaní.

El desenlace positivo de la interacción indo-paquistaní se antoja por tanto lejano en el tiempo. Hecho que incrementa si se tiene en cuenta la actuación de los medios de comunicación, quienes obvian la situación real al crear una imagen internacional de pseudoestabilidad entre las partes.