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¿Británicos o italianos?

Dos culturas tan diferentes como la anglosajona y la trasalpina se superponen en la pequeña isla de Malta

ÁLVARO SOTO
MADRIDActualizado:

Resulta difícil encontrar dos países que tengan tan poco en común. A Reino Unido e Italia les separan no solo dos mil kilómetros, sino un abismo cultural. Fríos anglosajones contra calientes mediterráneos, según rezan los tópicos, que en este caso, se cumplen. Solo el fútbol entusiasma por igual a británicos y trasalpinos. Y sin embargo, existe un lugar en el mundo que superpone (no mezcla) ambas sensibilidades: Malta. Porque en esta pequeña isla de 400.000 habitantes, en este particular 'melting pot', uno puede sentirse británico o italiano (ambas cosas a la vez sigue pareciendo imposible) solo cambiando de acera.

Historia: Los italianos (sus antecesores, para ser exactos) pisaron antes Malta. Los sicilianos fueron los primeros pobladores de la isla en el 5.200 a. C. y los romanos, alrededor del 200 a. C., le dieron a este territorio la consideración de 'municipium'. Los británicos no llegaron hasta el 1800, cuando ayudaron a los malteses a echar a Napoleón, y convirtieron a la isla en un protectorado. La independencia de Malta llegó en dos etapas: en 1964 la declararon oficialmente, pero los ingleses mantuvieron sus bases militares hasta 1979.

Lengua: La mayoría de los malteses entiende el italiano, pero el inglés, junto con el maltés, es la lengua oficial del país. De hecho, el idioma es una de sus principales fuentes de ingresos. Miles de estudiantes llegan cada año a la isla para aprender inglés en alguna de sus múltiples escuelas.

Cultura: Ganan los ingleses. La cadena Agenda Bookshop casi monopoliza las librerías de la isla, con una mayoría absoluta de títulos en inglés. Además de los 'best-sellers', en las estanterías destaca la presencia de un autor local, Edward de Bono, creador del término 'pensamiento lateral', tan de moda entre los gurús de la psicología. Los malteses también prefieren los diarios británicos (The Times tiene una edición en Malta) y la música inglesa. En la televisión, BBC News y Sky News conviven con las cadenas de Berlusconi.

Comida: Ganan los 'azzurri', aunque esto no tiene mérito, ya que la gastronomía es un punto débil de los británicos y un punto fuerte de los italianos. En algunas antiguas fortalezas maltesas puede degustarse una muy apreciable comida italiana y decenas de establecimientos ofrecen en cualquier esquina pizzas y pasta de una calidad muy variable.

Tráfico: Lo peor de cada uno. Los malteses conducen, como los británicos, por la izquierda. Y como además lo hacen igual que los italianos del sur, es decir, como si no existieran las normas de tráfico (los pasos de cebra y los semáforos están en peligro de extinción en Malta), el visitante vive una película de terror cada vez que quiere cruzar la calle.

Fútbol: Empate. Malta es el país del 12-1 de España, de manera que los equipos locales, formados por jugadores aficionados, no cuentan con demasiado predicamento entre los hinchas, que se decantan, a partes iguales, por apoyar a los equipos ingleses y a los italianos. En las tiendas de deportes se entremezclan las camisetas del Manchester United y el Liverpool con las del Inter de Milán y la Juventus.