El Betis impone su jerarquía en el estadio granadino

Granada y Betis regresaban a Primera con un derbi andaluz muy intenso y en el que un gaditano se convirtió en protagonista. Álvaro Vadillo se estrenó en Primera con el Real Betis, siendo el jugador más joven en debutar con la elástica verdiblanca en toda su historia. Con 16 años y 11 meses, este puertorrealeño fabricó muchas y buenas jugadas por su banda derecha, donde lo recolocó Pepe Mel pese a estar acostumbrado a la izquierda.

El talentoso centrocampista desbordó por su carril en una primera mitad en la que los verdiblancos controlaron a su vecino y disfrutaron de algunas ocasiones, aunque ninguna clara. El centro del campo bético, con Salva Sevilla, Beñat e Iriney, llevaron la manija sin éxito de cara al gol.

El fútbol no brillaba pero la tensión se palpaba en Los Cármenes, que disfrutaba de un partido de Primera más de tres décadas después. Las ansias de ganar del equipo local le llevaron en ocasiones a rozar el límite del reglamento, obligando a Pérez Lasa a cortar el juego con tarjetas. La segunda mitad igualó un poco más las fuerzas, si bien el Betis se acercaba con más peligro a las inmediaciones de la portería de Roberto. Rubén Castro estrelló un balón en la madera, dejando en silencio al estadio granadino. Era el preludio de lo que llegaría dos minutos después. El canario, en una gran jugada personal, se llevaba los tres puntos para Sevilla, dejando al Granada con muchos problemas.