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Gasol lanza a canasta en un amistoso ante Lituania. / Efe
baloncesto

Vuelta al alero

Scariolo ha retomado su sueño de hacer coincidir muchos minutos en la cancha a los hermanos Gasol y ha recuperado al Pau del Barça, efectivo bajo el aro y atrevido desde el triple

LUISMI CÁMARA
MADRIDActualizado:

Gasol se mueve por retos. Su carácter educado, responsable, correcto y altruista, no oculta una naturaleza perfeccionista y competitiva que le incita a marcarse continuos desafíos que, en la mayoría de las ocasiones, suele salvar. Cada temporada, cada campeonato, un reto, una superación.

Si este verano ya había puesto el ojo a la final del Eurobasket, objetivo imprescindible hacia los Juegos Olímpicos de Londres -quizás el último servicio de Pau y sus compañeros de generación a la Roja-, Scariolo ha decidido darle un incentivo más al pívot de los Lakers.

El técnico de la selección ha retomado su sueño de hacer coincidir muchos minutos en la cancha a los hermanos Gasol. Ya lo intentó en el Eurobasket pasado, pero una inoportuna lesión del mayor le impidió realizar el trabajo táctico necesario para que fuera efectivo.

La fórmula, hoy recuperada, para que compartieran la pista era retrotraer a Pau diez años atrás, a la época en la que intentaba hacerse un hueco en el Barça de Aito y soñaba con ser estrella en la mejor liga del planeta. En aquellos tiempos, Pau era un imberbe que se dedicaba a sorprender al rival -a Herreros le provocó más de una pesadilla- con movimientos de alero pese a su altura de pívot y su desgarbada figura. Entonces, el 'Allstar' español era una auténtica amenaza desde el exterior con un más que aceptable tiro desde largas distancias.

Su marcha a la NBA le convirtió en uno de los mejores postes del mundo pero frenó su progresión exterior. Esa es la parte sumergida de Gasol que pretendía recuperar Scariolo para Lituania, para sumar el tiro de tres puntos a su ya repleto cajón de recursos ofensivos. Pau ha demostrado que mantiene el tino cuando imita a su inseparable Navarro.

La prueba ha sido un éxito y el italiano sonríe. También lo hacen Marc e Ibaka. Ya no está Garbajosa, el cuatro que abría espacios bajo el aro al pívot o castigaba al rival con acertados lanzamientos. Pau, paradójicamente, es el sustituto y en los partidos de preparación para el Europeo ha vuelto a demostrar que está preparado. La sobreactuación no es lo suyo, por lo que el escudero de Kobe Bryant no se va a destapar con cinco triples por partido, pero sí que puede ser una referencia en momentos puntuales para desatascar el juego con un triple de su cosecha.

De momento, los porcentajes que maneja son extraordinarios. En los ocho amistosos ha lanzados en diez ocasiones y en seis de ellas el balón atravesó la red. Sorprende tan alto acierto cuando en la NBA apenas ha lanzado en 85 ocasiones en más de 700 partidos, con un pobre 22% de acierto. Sí recuerda más al Pau de la ACB, más osado y certero -33 triples encestados de 97, en 81 partidos-.

Si Pau mantiene en Lituania su obsesión por colocar el listón del éxito cada vez más alto, el reto del triple se puede dar por superado, y al oro de Polonia por renovado.