Un concepto nuevo de protesta
El festival de música electrónica Love Parade comenzó como una manifestación pacífica
MADRIDActualizado:A finales de la década de los ochenta, la inestabilidad política y social, unido a los continuos conflictos internacionales, llevó a Matthias Roeingh, más conocido como 'Dr Motte' a convocar una manifestación en contra de la guerra y a favor de la paz y el entendimiento social, con una peculiaridad, y es que en esta manifestación pacífica el protagonista era la música, en concreto la electrónica.
En 1989, coincidiendo con la caída del muro de Berlín, se celebró el primer Love Parade. Dr Motte, junto a su amigo, Dj Kid Paul alquilaron una furgoneta para pasearse durante cuatro horas por las principales calles de la capital alemana con melodías armoniosas y consignas como "Peace, Love, Unity & Respect".
A pesar de no contar con una escuela propia de música electrónica, la eclosión y posterior auge de este acontecimiento atrajo a disc jockeys de las míticas escuelas de Detroit y Chicago. De este modo, la electrónica se convirtió en la banda sonora de la Alemania unificada. Pronto comenzaron a ocuparse antiguas oficinas, edificios históricos para organizar las primeras fiestas, el germen de la cultura 'rave' y la era del 'techno' moderno.
En pleno siglo XXI, Love Parade había conseguido asentarse en ciudades tan dispares como Viena, Ciudad de México, San Francisco o Bogotá. Sin embargo, la tragedia acontecida en el pasado evento, celebrado en Duisburgo, que causó la muerte de una veintena de jóvenes, parece haber puesto punto y final a lo que comenzó siendo una manifestación pacífica.
La alternativa
Pero aún quedan algunas alternativas para los amantes de esta disciplina. El Street Parade de Zurich celebró el pasado 13 de agosto su veinte aniversario con cerca de un millón de asistentes a orillas del río Limmat. El lema para esta ocasión, muy similar al de su referente: "20 años de Amor, Libertad, Tolerancia y Respeto".
Zurich trata de encarnar el espíritu de Love Parade, e intenta dar el relevo a un festival que parece haber llegado a su fin con la fatídica tragedia. "Yo fui al Love Parade para ver si era realmente tan bueno como pensaba. Fue incluso mejor. Supe entonces que iba a organizar el Street Parade", asegura Marek Krynski, un joven estudiante de matemáticas por aquella época.
Desde entonces, el evento ha sobrevivido a la mala climatología y a los continuos intentos de prohibición. La protesta de políticos y del público ha logrado salvar el festival en más de una ocasión. El éxito del desfile, según indican sus propios fundadores, es que, aparte de ser gratis, la música electrónica provoca felicidad. "Ese sentimiento de felicidad crece cuando se comparte", señala Krynski.