México revive el horror de su época más violenta
Medio centenar de personas pierden la vida al incendiar un casino un grupo de sicarios en la ciudad de Monterrey
Actualizado:Seis hombres enmascarados desataron el infierno en el casino Royale de la ciudad mexicana de Monterrey en menos de tres minutos. «Sálganse... sálganse, vamos a quemar todo», gritaban mientras rociaban con gasolina las paredes de la entrada y prendían fuego. Aterrorizados por el humo y el intercambio de disparos, algunas personas optaron por refugiarse en los baños y oficinas del piso superior del inmueble. Allí murieron entre 53 y 61 personas. Otras diez resultaron heridas de gravedad. Según las autoridades es el peor atentado contra civiles que vive el país azteca en seis años.
El presidente Felipe Calderón decretó tres días de luto nacional y ofreció una recompensa de 2 millones de euros por la captura de los culpables de lo que calificó como un «crimen imperdonable» y «acto de terror y barbarie». «Nos enfrentamos y rechazamos a los terroristas. No quedarán impunes», sentenció. El comando, aparentemente con intención de robar en el local, llegó sobre tres y media de la tarde del jueves (cinco horas más en la Península) en dos coches. Los dejaron con las puertas abiertas en el acceso frente a la puerta principal y corrieron hacia el vestíbulo.
El representante de los empleados del casino, Félix Coronado, informó de que los dueños le dijeron que se trató de «un asalto al lugar, en el cual, los elementos de seguridad hicieron una intervención y empezaron los problemas». Una mujer que logró huir relató que «se oyeron ráfagas dentro de las instalaciones del Royale». «Lo que nos vino a la mente fue correr hasta el estacionamiento, que es subterráneo y salir a la calles pero nos guiaron hasta el segundo piso hacia una salida de emergencia, la cual estaba con llave», aseveró Coronado.
El fuego crecía y las víctimas dentro del edificio intentaban huir, pero las puertas estaban cerradas por fuera. La planta baja estaba invadida por el humo y lo bomberos, que llegaron veinte minutos después, tardaron cuatro horas en sofocar el incendio. Los responsables del rescate tiraron paredes con excavadoras para poder acceder al interior. «La gente corría y corría. Todo era gritos, confusión y llantos», dijo otro testigo.
Aparentemente, el edificio estaba funcionando sin los debidos permisos, lo que, según Calderón, será debidamente investigado. Sin embargo, afirmó que los hechos «no fueron un accidente» sino «un homicidio brutal y premeditado». Antes de viajar a Monterrey, el mandatario subrayó que «los homicidas incendiarios no son delincuentes comunes, son verdaderos terroristas y les debe caer todo el peso de la ley y de la sociedad».
En la segunda ciudad mexicana, familiares de trabajadores y de clientes pasaron la noche entera buscando a sus parientes. Por la mañana la mayoría de los cadáveres -entre 53 y 61 años, según diversas fuentes- estaban identificados. El pasado 25 de mayo el casino fue blanco de otro ataque.