EE UU aplaza a septiembre las medidas de estímulo
La Reserva Federal dice estar preparada para usar sus herramientas pero advierte de su escaso margen de maniobra
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarLa Reserva Federal usará más medidas de estímulo para la débil economía estadounidense si lo considera necesario, pero ayer su presidente, Ben Bernanke, evitó decir cuáles son estas y cuándo las pondría en marcha. Al menos, compensó esta decepcionante falta de concreción con la esperanza de que analizará esas herramientas en su próxima reunión ordinaria de política monetaria, que se amplía a dos días, el 20 y 21 de septiembre, para «permitir un debate más completo». Lo que sí dejó caer Bernanke es que su papel a la hora de dinamizar la economía es ya muy limitado y pasó la pelota a Washington para que Congreso y Gobierno decidan medidas fiscales. «La mayoría de las políticas económicas que apoyan un crecimiento robusto a largo plazo están fuera del alcance del banco central», explicó.
La vaguedad de su esperado discurso en Jackson Hole (Wyoming) defraudó en cierta medida a unos impacientes y volátiles mercados, ya que apenas dio más pistas sobre el futuro de la política monetaria, algo que el responsable del banco central estadounidense ha hecho en pasadas ediciones de estas reuniones de verano que atraen a banqueros centrales y economistas de todo el mundo. El año pasado, en ese mismo escenario, Bernanke habló de compras de bonos del Tesoro para inyectar liquidez al mercado y poco después, en noviembre, la Fed puso en marcha una segunda ronda de expansión monetaria, que consistió en la compra de deuda por valor de 600.000 millones de dólares.
Además, la intervención de Bernanke se produjo poco después de conocer la revisión a la baja del crecimiento del PIB en el segundo trimestre. Los nuevos datos del Gobierno apuntan a que EE UU creció un 1% entre abril y junio, en lugar del 1,3% inicialmente calculado. Pese al recorte, analistas como Maury Harris de UBS destacaron que la composición de este pequeño avance «es más sano» que el que se estimó en un primer cálculo porque se aprecia una mejoría de la demanda de los particulares, el actual talón de Aquiles de la economía americana.
Wall Street reaccionó en un principio de forma negativa pero después se lo pensó y remontó. A pesar de todo, Bernanke no había cerrado la puerta a una nueva ronda de medidas extraordinarias para dinamizar una economía que está experimentando un crecimiento muy débil y que hace frente a numerosas amenazas.
La Fed estudió la adopción de nuevas políticas monetarias en agosto, fecha en la que dijo que mantendría los tipos de interés a casi 0% hasta 2013, y lo volverá a hacer en la reunión de septiembre, aunque no hay garantías. «La omisión pone al presidente Bernanke más en línea cono los tres miembros de la Fed que disienten sobre la necesidad de una mayor flexibilidad», especulaba Harris de UBS en una nota a inversores. En la última reunión de agosto tres miembros del comité abierto de la Fed se mostraron contrarios a más medidas extraordinarias.
El presidente de la Fed aseguró que el crecimiento de EE UU es seguro en el largo plazo, pero no dejó de reiterar la gravedad de la situación en cuanto al mercado laboral, el impacto de la rebaja de la calificación por parte de S&P, el pésimo mensaje enviado a los inversores con los debates sobre el techo de la deuda y la situación en Europa.