Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Por qué lloramos por personajes de ficción

Actualizado:

«¿Que podemos pensar cuando compartimos el dolor de una persona que sabemos que jamás existió?» Eco se adentra en uno de los misterios más profundos de la ficción: su capacidad para suscitar en el lector (o espectador) emociones más fuertes que las que desata la realidad. Y eso al margen de su calidad porque, como el ensayista italiano apunta, hay obras maestras que no suscitan sentimientos tan arrasadores como algunas noveluchas (o filmes muy menores).

Sean buenas o malas, las novelas parten del pacto no escrito de que el autor finge que lo que cuenta es cierto y el lector se lo toma en serio. A partir de ahí, se establecen verdades absolutas que ni siquiera se dan en la realidad. Como dice Eco, no poca gente duda de que Hitler se suicidara en su búnker de Berlín, pero nadie se atreve a negar que Anna Karenina se arrojara al paso de un tren. Por eso lloramos su muerte.