Cita de caramelo con 'El Cigala'
El cantaor madrileño cerró los 'Conciertos para la libertad' con un homenaje al guitarrista Moraíto Chico
CÁDIZActualizado:Velada de flamenco y tango, noche de duende y son, cita de arte y mestizaje sonoro. El domingo Diego 'El Cigala' puso su broche de color al certamen de los 'Conciertos para la Libertad' que el Ayuntamiento de Cádiz ha presentado al aire libre este fin de semana en la Plaza Fragela. Todo estaba preparado desde el día anterior. El suelo estaba todavía caliente de sostener el torbellino del 'cometa' Morente sobre él. Las puertas del recinto improvisado se abrieron con media hora de distancia del comienzo del espectáculo, tal y como sucedió el sábado.
No obstante, no había colas a la espera. El público, que en gran parte repetía experiencia, sobre todo el de las primeras filas, ya conocía las características del espacio. Nadie quedaría sin asiento cerca del escenario. Eso sí, estaba a rebosar. Una vez ocupadas las localizaciones, abajo las sillas, y arriba la grada, se pudo distinguir un atrezzo singular sobre las tablas. Destacaba un piano de cola negro que hacía sombra a un taburete vacío en el centro. Una estampa que permitía presagiar que desde allí regalaría maestría y duende uno de los grandes del flamenco. Y llegó el momento de acabar con el silencio.
La luz se apagó con un retraso de veinte minutos, tiempo impugnado por las palmas del público. Y para abrir boca, un cuadro de músicos de lo más variopinto. Tecla, percusión y cuerda. La guitarra de Diego 'El Morao' estuvo acompañada por el sonido del violín y del contrabajo. Sin olvidar el jaleo de tres palmeros que pusieron el toque andaluz en el escenario tiempo después. 'El Cigala' apareció en escena tras este alarde y arrancó el aplauso. Se estrenó con 'Garganta de arena', un tema escrito por Cacho Castaña. Ritmos bohemios de caramelo que el cantante enamora con su quejío flamenco. Un híbrido mágico que dotó al ambiente de dulzura y compás. Antes de poner fin a su saludo, Diego 'El Cigala' se acordó de Moraito Chico.
El homenaje al guitarrista compartió protagonismo con los temas de su último trabajo 'Cigala&Tango'. La escena recordó los aires bohemios de un club de jazz. Sabor a Gardel y a Camarón. Una mezcla de pureza que la voz del cantaor resolvió con destreza. Con la letra del bolero 'El día que me quieras' el artista logró la complicidad con el auditorio. Hito musical que consiguió versionar con soltura, gracias a su garganta de canela y manzanilla. Y para descansar la voz, entre tema y tema sorbitos fresquitos de color naranja.
El punteao de Diego 'El Morao y el timbre de Diego 'El Cigala' vivieron su romance a solas con el embrujo de 'Soledad'.
Sabor flamenco
Y por fin, tocó el turno del jaleo y de los cambios de tercio en cuerda. De esta forma se complació el deseo de algunos espectadores que guardaban desde sus asientos la esperanza de escuchar la esencia de los palos del cante jondo.
Con 'Nostalgia' las tablas del escenario temblaron de emoción. Redobles de palmas arriba y abajo. Llamadas limpias de bulerías que sonaron a libertad. Y volvió Argentina.
Los músicos aparecían y desaparecían de escena atendiendo a la naturaleza de cada sonido. Desde el público, gritos de ánimo y guiños de humor. Una señora habla de Diego 'EL Bogavante'. Tras ello, la prosa dejó paso a la lírica con 'Se equivocó la Paloma' de Rafael Alberti.
Con el poema flamenco se acabó la calma y llegó la fiesta. 'El Cigala' arrancó por alegrías de Cádiz. Acorde que desde su boca supo a gloria bendita. Le siguieron las bulerías con su gracia y desparpajo. Todo lo luce, todo lo corona de duende y oro. El auditorio se puso en pie en la despedida y aclamó 'Lágrimas Negras'. El cantaor volvió tras el reclamo pero lo hizo con 'La bien pagá' y a ritmo de bulerías. El último adiós corrió a cargo de palmeros y músicos que taconearon las llamadas de 'El Cigala'.