Son de piedra y no se nota
Actualizado:Las islas fortificadas de Suomenlinna en Helsinki, las fortificaciones de La Valletta en la mediterránea isla de Malta o las murallas de la minúscula perla del Adriático, Dubrovnik, se han convertido en auténticas atracciones turísticas que, cada año, atraen a miles de visitantes. Un creciente número de fortificaciones y de recintos amurallados, repartidos a lo largo y ancho del mundo, son los protagonistas de innumerables guías turísticas y de reportajes a todo color, constituyendo un foco de reclamo para propios y extraños. Una visita a Cartagena de Indias sería incompleta sin un paseo por sus murallas o sin una parada, para curiosear o comprar alguna artesanía, en las Bóvedas, esos antiguos recintos militares del siglo XVIII situados en pleno corazón de la ciudad vieja, entre las murallas de Santa Clara y de Santa Catalina, y que tanto recuerdan a algunos enclaves de las murallas gaditanas. También nosotros podemos presumir de un patrimonio semejante que, puesto en valor y adecuadamente difundido, puede convertirse, por si mismo, en motivo de atracción de visitantes. Una ruta guiada por nuestros baluartes, castillos y murallas nada tendría que envidiar a otras rutas similares que se publicitan en las agencias de viajes de todo el globo. La ruta a través de la propia arquitectura defensiva gaditana, con los castillos de Santa Catalina y de San Sebastián, los baluartes de la Candelaria y de los Mártires, los de San Roque y Santa Elena, el paseo superior del frente de Puerta Tierra, las bóvedas de San Carlos y, en suma, todo nuestro perímetro, junto con el entorno que envuelve a nuestras murallas, y el uso atractivo, económico y cultural, que se pudiera dar a cada uno de los enclaves, tiene un valor turístico que no deberíamos desdeñar. Lejos quedan los tiempos en los que se aducía la inutilidad de las fortificaciones defensivas para justificar el derribo de las murallas y que condujeron a pérdidas irreparables. Ahora estamos en pleno proceso de recuperación de algunos de nuestros baluartes más significativos. Esperemos que muy pronto, y pensando mucho más allá del 12, todas nuestras fortificaciones estén en pleno uso, integradas en la vida de la ciudad y, con la adecuada difusión y publicidad, puestas a disposición y disfrute de gaditanos y foráneos.