Los voluntarios centralizan su ayuda en la iglesia de La Merced del barrio de Santa María. :: MIGUEL GÓMEZ
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Caridad para Santa María

El Voluntariado San Vicente de Paúl detecta un aumento de familias necesitadasLa entidad de la parroquia de La Merced organiza una gala para recaudar fondos con los que financiar su ayuda a más de 300 hogares

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Los pobres son nuestros amos y señores», solía decir San Vicente de Paúl (Francia, 1581- 1660). Para algo es el patrón de todas las asociaciones de caridad. Y, como tal, guía los pasos hasta en su nombre de una entidad que tiene su centro de operaciones en la parroquia de La Merced. Desde allí, una de las parroquias más necesitadas de Cádiz, el voluntariado de caridad San Vicente de Paúl tiende su mano a las familias más desfavorecidas de Santa María.

En total, son unos 300 hogares del barrio los que se benefician de la abnegada tarea de un grupo de voluntarios, en su mayoría personas vinculadas al colegio San Vicente de Paúl . «En la parroquia se lleva trabajando muchos años en ayudar a las personas necesitadas. Sin embargo, desde hace unos dos años el voluntariado se renovó para hacerlo menos doméstico», explica Salvador Aguilar, secretario de la entidad.

Ahora es una asociación nueva -que «agradece su labor a todos sus predecesores, como Sor Pasión Prieto»- integrada por gaditanos como Concha de la Herranz, Pilar Solís, Mari Carmen Rodríguez, Carmen Rincón y el propio Aguilar. Todos ellos coordinados por Carmen Gelos, presidenta de la asociación y cecina de Santa María «de toda la vida». Junto a ellos, unos 14 asociados aportan cuotas mensuales de unos 15 o 20 euros para mantener la ayuda, junto a la colecta de la iglesia de los primeros domingos del mes. Recursos con los que hacer malabares para ayudara una demanda creciente de familias que son atendidas tras elaborar una ficha en la que se recogen sus datos.

«Desde principios de año hemos atendido a unas 60 ó 70 familias. La mayor parte de ellas nunca había tenido que pedir ayuda», explica Rincón. Una cifra elevada para unos recursos limitados y que en ocasiones lleva a tener que dar la negativa por respuesta a las familias. «Es muy duro tener que decir que no a alguien. A veces derivamos a la asistente social a pesar que no va a poder ayudarles», puntualiza Aguilar con tristeza. En el caso de que San Vicente de Paúl pueda interceder por los demandantes, lo hace en tres pilares básicos: pago de facturas, deshaucios o reparto de alimentos.

Todo lo necesario para atender a familias desestructuradas, integradas por personas en paro o incluso sin la prestación por desempleo o por la ayuda familiar. Situaciones desesperadas que en ocasiones se suma a la propia vergüenza de pedir ayuda. «Hay gente a la que le cuesta mucho pedir», reconoce Gelos. Sin embargo, la necesidad es palpable y cada día crece más. Por ello, desde San Vicente de Paúl lanza un SOS de alerta: necesitan más benefactores. Quien quiera ayudar lo tiene sencillo. El próximo viernes a las 21 horas la entidad organizará una gala de carnaval y flamenco en la Salle Mirandilla para obtener fondos. El sueño es obtener unos 3.000 euros para continuar y ampliar su labor. Una cantidad que sería recibida como agua de mayo, como imagina Gelos: «La de personas que podríamos ayudar con ese dinero...»