CARTAS A LA DIRECTORA

La JMJ y Somalia

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Llega el Papa a España para la Jornada Mundial de la Juventud (católica, porque es así, de una minoría de jóvenes) y se debate sobre el coste de ese acontecimiento. No tengo nada contra la acción pastoral pero sí contra el dispendio económico, calculado en 50 millones de euros. Los poderes públicos ceden espacios y servicios sin coste mientras se los recortan a estudiantes, enfermos y pobres. En lógica, poco dinero dejará un peregrino coherente si se aloja en albergues, colegios o familias (ya pasó en Santiago). Da igual que el dispendio lo subvencionen empresas privadas, o es incluso peor, más hipócrita aún. Esas empresas que están obteniendo grandes beneficios (muchas a costa de rebajar sueldos o reducir plantillas) recibirán enormes exenciones fiscales por su contribución. Con esos 50 millones se cubriría buena parte de los fondos que la ONU necesita para Somalia. El Vaticano, que no participa en esa captación, podría haber pedido que sus patrocinadores aplicaran esos fondos a los africanos que se mueren de hambre. ¿O no es eso mucho más cristiano?