EN PEDAZOS
Actualizado:Las palabras de Gerard Piqué al término del Clásico son tan inadecuadas como preocupantes. «Mourinho se está cargando el fútbol español». En frío, tras la ducha, los protagonistan han de recuperar la mesura y dejar toda la polémica sobre el campo, para solucionar los conflictos en el ámbito privado.
Se equivoca al decir esas palabras, pero seguramente esas palabras no son equivocadas. Un buen grupo es indispensable para alcanzar el éxito, un vestuario fracturado dificulta mucho más la consecución del objetivo. No es un tópico futbolístico, desgraciada o afortunadamente, sino una verdad absoluta de este deporte. Y las últimas imágenes de la selección española atestiguan esta aseveración, con esperpénticas y ridículas actuaciones ante unos rivales deseosos de apagar su estrella.
Mourinho no será el único culpable pero sí el principal y directo responsable, pues a partir de su desembarco en Chamartín se desencadenan los acontecimientos. Antes, los duelos Madrid-Barça por supuesto eran de máxima rivalidad, con una liga inolvidable peleada codo con codo entre los equipos de Guardiola y Pellegrini. Semanas después, esos rivales sobre el césped se concentraban en Sudáfrica para levantar la Copa del Mundo.
Por fortuna, al técnico luso le dio por aparecer por Madrid pasado el Mundial, porque tal y como está ahora el ¿equipo? no se hubiera logrado el mayor éxito de la historia del fútbol español. Es más, si esto no cambio (y parece que no lo va a hacer), 'La Roja' puede hacer el ridículo en la Eurocopa de Polonia y Ucrania, fulminando toda la reputación ganado en los últimos tres años. Hasta que eso no ocurra, nadie se preocupará, y cuando pase todos dirán el típico «lo sabía». Es la triste historia de un país en el que su marcado bipartidismo sigue siendo mucho más fiel a su club que a su selección.