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El calor golpea en el museo de Cádiz
El edificio de la plaza Mina recibe a los turistas sin refrigeración y expone piezas sin la información correspondiente
CÁDIZ. Actualizado: GuardarAgosto es el mes estrella para el calor, pero el Museo Provincial de Cádiz no servirá de refugio ante el bochorno. El sistema de aire acondicionado no funciona y las ventanas permanecen abiertas para que pase la corriente y se refresque el caldeado ambiente de la sala, mientras que los trabajadores aguantan como pueden.
Ellos aseguran que la refrigeración del edificio está estropeada desde hace meses y que ya se han quejado en repetidas ocasiones. Por su parte, la delegada de Cultura, Yolanda Peinado, asegura que no ha recibido «quejas todavía», aunque al estar de vacaciones reconoce que es posible que haya habido una avería puntual últimamente.
De momento, los que por allí trabajan y pasan viven pegados a los ventiladores, pero el calor sigue siendo insoportable para muchos. «Tenemos que estar constantemente saliendo a por agua porque si no no aguantamos todas las horas de trabajo» comenta uno de los vigilantes. Al parecer, el problema se encuentra en un fallo del motor, pero no hay presupuesto para arreglar el sistema. Alguno dice temer que los ventiladores también se estropeen, porque no están seguros de que pongan nuevos. Sin embargo, apuntan a que el aire acondicionado de la oficina, que también se averió recientemente, se arregló casi de inmediato.
El problema no solo radica en el calor que sufren visitantes y trabajadores, sino también en el mantenimiento de las obras expuestas. El estado de conservación de las mismas peligra con la entrada de aire del exterior, con el consiguiente polvo. Por esa razón, «abrir las ventanas es algo que está prohibido», según indican los trabajadores.
Eso sí, la situación no ha resultado ser ninguna novedad porque señalan que el año pasado «pasó lo mismo». En esa ocasión, cuando el aire acondicionado se estropeó, una oleada de hojas de reclamaciones consiguió que se pusieran manos a la obra para solucionar el problema.
Esta vez el remedio parece que pasará por el mismo procedimiento. «Ya hay gente que ha protestado y el otro día una señora salió quejándose de que no podía terminar de ver la colección por el calor que hacía», comentan.
Mientras tanto, el museo permanece a la espera de la apertura de una ampliación en Casa Pinillos, con un coste total de 5 millones de euros, para dar salida al enorme fondo de material con el que cuenta el espacio expositivo.
Mientras se espera la fecha de apertura, el edificio de la plaza Mina expone en sus vitrinas material sin rotular. Ajuares funerarios fenicios no tienen leyenda que los identifique, como tampoco se encuentran textos representativos para lucernas, vasijas y joyas decorativas. Aunque quizás lo más llamativo es que ninguno de los mosaicos lleve una placa con su procedencia ni su naturaleza. Los mosaicos con tritones de la sala VII aparecen anónimas, pero desde el museo se asegura que ello se debe a una reciente remodelación de las habitaciones.
Peinado declaraba ayer a este periódico que todas las piezas del museo «llevan su correspondiente rótulo» si bien abría la puerta a que si se estaba llevando algún tipo de remodelación, no le extrañaba que hubiese elementos sin rotular.