Los remolacheros dejarán de sembrar si la industria no ofrece precios justos
Advierten de que la única fábrica andaluza, la de El Portal, podría quedarse cerrada en 2012 «si British Sugar no pone dinero en la mesa»
Actualizado:Dice el refrán que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Es lo que desde hace unos años le está ocurriendo al sector de la remolacha, que no sale de un bache cuando se encuentra metido en otro todavía más profundo. Si en 2006 la OCM del azúcar dejaba en el esqueleto lo que había sido en Andalucía una floreciente producción remolachera, los agricultores se enfrentan ahora a la difícil decisión de abandonar el cultivo o arriesgarse a seguir perdiendo dinero el año que viene. Es lo que advirtieron ayer desde COAG: «Todos están dispuestos a no sembrar una mata más a no ser que British Sugar ponga dinero encima de la mesa», dijo José Antonio García, representante del sector en Andalucía de la citada organización agraria.
La reciente campaña, que finalizó este pasado domingo tras 68 días de trabajo, se ha cerrado sin que se cumplieran las optimistas previsiones iniciales. Se han recolectado en Andalucía -principalmente en Sevilla y Cádiz- 566.647 toneladas, cuando se esperaban 620.000. Las 9.000 toneladas al día que los remolacheros esperaban molturar en la azucarera de El Portal, la única que queda abierta en Andalucía tras la reforma, se han quedado en unas 8.300. Eso sí, «la calidad es muy buena».
Pero eso no parece bastar para la industria que, según los productores, sigue enriqueciéndose a base de pagarles por debajo de los costes mientras el azúcar se cotiza al alza. Esta campaña, los agricultores han recibido 26,29 euros por tonelada de remolacha mientras que hace poco más de un lustro llegaban a percibir hasta 50 euros. Con algunos complementos, como el de la pulpa, el precio asciende a los 40 aunque el agricultor puede tardar hasta un año y medio en cobrarlos. «Es imposible pedir a los agricultores que sigan cultivando remolacha perdiendo dinero cuando hay otros productos, como el de cereal o el algodón, en los que tienen más margen de rentabilidad», indicó García. «Hemos sufrido una fuerte reestructuración por la presión de los lobbys y la única beneficiada ha sido la industria. En Andalucía el sector estaba autorregulado: se producía más de un millón de kilos de azúcar y se importaba muy poco», continuó. El problema ahora es que las necesidades del mercado siguen siendo las mismas pero la producción local ha bajado. La regla de tres es sencilla: hay que comprar azúcar (el cálculo indica que hasta la mitad del consumo) fuera de nuestras fronteras y el precio está creciendo notablemente en los mercados internacionales.
Desabastecimiento
La misma circunstancia que ya ha padecido Portugal -donde sus habitantes tenían una cartilla de racionamiento para el azúcar- puede darse en España si no se le pone freno a la «especulación» de la industria azucarera. «Estas navidades ya han sufrido el desabastecimiento empresas de repostería de la provincia, que se vieron obligadas a pagar muy cara el azúcar», contó García. Lo único que le queda a España para que ocurra lo mismo que en el país vecino, según COAG, es que «se les quede el campo abierto para vender aquí azúcar alemana ante la falta de producción propia». Será entonces, a juicio de COAG, cuando «los españoles nos enteraremos de lo que cuesta alimentarse».
Eso sí, el responsable andaluz de la remolacha indicó que lo que no sería justo es que «se le echara la culpa a los agricultores, que ya no pueden más». Así que el mensaje es muy claro: «O se paga un precio razonable el año que viene o no habrá remolacha en Andalucía».
Si la sangre llega al río supondría un nuevo hachazo al empleo en la provincia: «Sería un caos», dijo García. Ahora mismo, existen en Andalucía unos 1.300 remolacheros en una superficie de 10.000 hectáreas entre Sevilla y Cádiz (la producción de Jaén y Huelva es testimonial). Aún así, es solamente el 20% de lo que había hace cinco años, antes de que se cerraran cuatro de las cinco fábricas andaluzas y que la comunidad perdiera 288.000 toneladas de cuota europea de producción.
British Sugar tiene entre manos el 95% de la producción española de azúcar -solo queda una cooperativa independiente en Castilla y León- y, según COAG, está en disposición de «pagar más» por la remolacha «porque el precio del azúcar crece en el mercado internacional».
Como ya han advertido en otras ocasiones, la política de la Unión Europea está provocando el desmantelamiento de sectores agrícolas tradicionales en España y eso provocará «una pérdida de soberanía alimentaria». De ahí a que soliciten a las administraciones que tomen medidas concretas de presión hacia la industria.
Otro motivo de desánimo de los productores al término de la reciente campaña es que la polarización aplicada ha estado por debajo de los 17 grados y los descuentos han sido muy altos. Así, el descontento lógico se ha generalizado en el sector.