PP y PSOE comparten la reforma de las diputaciones
Rubalcaba afirma que "sobran" si se mantienen como hasta ahora y Ana Mato aboga por modernizar todas las administraciones
MADRID Actualizado: GuardarPSOE y PP, aunque no lo parezca por el tenor de sus palabras, comparten que es necesario reformar las diputaciones provinciales.Alfredo Pérez Rubalcaba defendió que son unas instituciones que "sobran" si no se replantean sus funciones y competencias, mientras que la popular Ana Mato, aunque se mostró conforme con la idea de fondo, arremetió contra los socialistas por proponer los cambios solo cuando han perdido buena parte de su poder provincial tras las elecciones del 22 de mayo.
Las diputaciones provinciales pueden ser una víctima colateral de la crisis en la próxima legislatura. Los dos partidos mayoritarios están de acuerdo en que hay que replantear su papel para evitar duplicidades competenciales pues buena parte de sus tareas se solapan con las de los gobiernos autonómicos, ayuntamientos e incluso con las de la administración central. "Forman parte de una estructura del siglo XIX" y si no se modifica "profundamente" su funcionamiento y estructura deben desaparecer, afirmó el candidato socialista desde Santander.
Rubalcaba señaló que estas instituciones deben ser en todo caso complementarias de los otros tres niveles de la administración pública, la estatal, la autonómica y la municipal, "que son los que están consolidados". Las 38 diputaciones provinciales existentes, excluidas las tres forales vascas, los consejos insulares de Baleares y los cabildos canarios, manejaron en 2010 un presupuesto de 6.479 millones de euros, que en buena parte se destinaron al pago de las nóminas de sus empleados. Desde tiempo inmemorial las diputaciones cargan con el sanbenito de ser refugio laboral para el partido que las gobierna y los escándalos por supuesto 'enchufismo' están a la orden del día.
La jefa de la campaña electoral del PP no fue tan rotunda como Rubalcaba, si bien compartió que hay que "hacer ajustes" en los entes provinciales. Unos cambios, agregó, que no pueden limitarse solo a las diputaciones porque la reforma debe ser integral y alcanzar al resto de las administraciones públicas que también se tienen que "reformar, actualizar y modernizar". Mato recordó que hay "15 millones de personas" que al vivir en municipios pequeños reciben muchos servicios de las diputaciones y no pueden quedarse sin ese apoyo.
Pero lo sustantivo para la dirigente opositora es que los socialistas sacan a colación el tema después de haber perdido la mayoría de las diputaciones en las últimas elecciones. Después del 22 de mayo, el PP controla 27 instituciones provinciales, el PSOE, siete, y CiU, cuatro. Antes de esos comicios, los socialistas gobernaban 21 y los populares, 14.
Debate intermitente
El mantenimiento de las diputaciones es un debate intermitente en el que PSOE y PP han defendido diferentes posturas a lo largo del tiempo. Los socialistas, tras muchas dudas, fueron los primeros en colocar el asunto sobre la mesa, y lo hizo hace algo más de un año el ministro de Fomento, José Blanco, en una entrevista concedida a COLPISA en la que dudó de la viabilidad de las diputaciones en un estado descentralizado. Fue tal el revuelo que se armó, que el PSOE matizó que se trataba de una reflexión. Pero las palabras de Blanco fueron secundadas meses después por Felipe González y Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
José Luis Rodríguez Zapatero no dio, sin embargo, ningún paso en ese sentido. Solo admitió que era un debate interesante para el futuro. El PSOE, incluso, se unió al PP en el Congreso para rechazar iniciativas del Bloque Nacionalista Galego y de Unión, Progreso y Democracia que abogaban por la supresión. Pero ahora los socialistas han tomado partido por la reforma o desaparición de las diputaciones, y así se hará constar en las conclusiones que saldrán de la conferencia política que el PSOE celebrará el 30 de septiembre, y en el programa para las elecciones del 20 de noviembre.
El PP solicitó hace unos meses un estudio a la fundación FAES sobre el modelo territorial de España que incluía la viabilidad de las diputaciones y que concluyó que era necesaria su reformulación para evitar las duplicidades competenciales, sobre todo con las autonomías. Mariano Rajoy, expresidente de la Diputación de Pontevedra en su juventud, defendió a capa y espada su mantenimiento hasta las elecciones del 22 de mayo. "Son imprescindibles", dijo el 29 de abril en un acto electoral en Burgos. Una opinión que cambió tras los comicios. "Una administración, una competencia", defendió el 19 de julio en un acto con presidentes de diputación.
En el partido opositor hay voces encontradas, desde partidarios de la supresión lisa y llana de estos organismos, como la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, a defensores de su permanencia, como el líder de los populares andaluces, Javier Arenas. La postura oficial se sintetizó en el documento "Soluciones para los gobiernos locales", un compendio de 120 medidas que en lo referido a las diputaciones se queda a mitad de camino y apunta por "modernizar" su papel" con una "carta provincial de servicios", pero sin plantearse en ningún momento la supresión de estos órganos provinciales porque en algunos territorios son "prescindibles", pero en otros son "necesarios".