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«Vamos a por todas, no aceptamos promesas sino hechos consumados»

V. MONTERO
JEREZActualizado:

La solución al conflicto de los autobuses urbanos no parece cercana. La plantilla inició ayer su segunda semana de huelga indefinida tras la interrupción del puente festivo y la jornada transcurrió sin novedad alguna: ni contactos con la empresa ni con el Ayuntamiento. Según el portavoz del comité de empresa, Ángel Morales, eso no quita fuerza a los trabajadores ya que «vamos a por todas».

Lo último que se conoce es que Urbanos Amarillos tiene de plazo hasta el día 22 para abonar el canon pendiente desde que se hiciera cargo de la concesión administrativa del transporte público en la ciudad. «Si procede sancionar a la empresa, que lo hagan», dijo Morales en referencia a la apertura del expediente que anunció el gobierno popular recientemente. «Tenemos muy claro que vamos a seguir adelante con los paros porque hace 45 días que no entra ningún ingreso en nuestras cuentas bancarias y hay situaciones dramáticas entre los compañeros», contó. Hay trabajadores, por ejemplo, que han recibido ya avisos de embargo de sus viviendas ante la falta de abono de las nóminas de junio, julio y la extra de verano. «Ya no aceptamos promesas, solo queremos hechos consumados», continuó el miembro del comité con evidente indignación.

A los alrededor de 4.000 euros que ya les debe a cada empleado Urbanos Amarillos -que aún no ha cumplido un año como concesionaria del transporte público en la ciudad- hay que sumarles lo que ya les adeudaba Cojetusa antes de su marcha a finales de 2010. En total, «en mi casa faltan entre 10.000 y 12.000 euros. Mi familia me presta lo que puede, le debo 3.000 euros al banco y estoy devolviendo recibos. Hay quien nos dice que no sabe cómo sobrevivimos», explicó ayer el representante de la plantilla. El último ingreso se produjo a finales de junio y correspondía al salario del mes de mayo.

Así, el conflicto laboral se enquista cada día un poco más mientras que los usuarios hacen malabares para adaptarse a las circunstancias y los comerciantes notan una menor afluencia de clientes. Ya no resulta tan raro ver el cartel de servicios mínimos en los vehículos ni las paradas desiertas.

Como cada mañana, los trabajadores se concentrarán hoy a eso de las seis en la puerta de las cocheras de la empresa ante la salida de los autobuses que prestan servicios mínimos (uno por línea) y unas horas después recorrerán las calles del centro para hacer ver a los jerezanos sus reivindicaciones. «No pedimos nada raro: solo queremos cobrar y que se cumpla nuestro convenio», insistió el trabajador.