Bono amaga de nuevo con dejar la política
El presidente del Congreso asegura que, si es por él, no figurará en las listas socialistas para el 20 de noviembre
MADRID.Actualizado:José Bono aprovechó ayer una comida informal con periodistas para dar a entender que septiembre podría ser su último mes no solo como presidente del Congreso sino también como diputado socialista y, quizás, el momento en que deje, por segunda vez en 32 años, la primera línea política.
El barón socialista, durante un almuerzo en Salobre, la población albaceteña donde nació hace casi 61 años, comentó que su «posición personal» sería no estar en las listas al Congreso, por lo que entendería que el PSOE no le incluyese en las mismas. El exministro de Defensa dio así un paso atrás pero, como es habitual en él, tampoco aseguró que al final no vaya a ser candidato. Por un lado, porque él mismo aún no ha tomado una posición definitiva y, por otro, porque tampoco descartó que su amigo y candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, intente convencerle de que cambie de opinión.
Bono, que desde hace meses trabaja en sus memorias políticas, se limitó a señalar que se sentía «ligero de equipaje y, probablemente, sería bueno que el nuevo Parlamento se constituya sin ninguna servidumbre heredada del anterior», a lo que añadió que «hay frutos que uno ha degustado ya en cantidad y calidad suficiente como para ofrecerlo a otros compañeros».
Si amagó sin cerrar ninguna puerta sobre su ausencia del palacio de la carrera de San Jerónimo, lo mismo hizo al ser interrogado sobre un abandono definitivo de la política. Ni dijo que sí ni dijo que no. Se limitó a realizar tres puntualizaciones. La primera, que su salida de las listas socialistas no debe interpretarse como una falta de compromiso con Rubalcaba, a quien dirigió numerosas alabanzas y a quien desde hace muchos meses apoya sin reservas como líder de su partido. Lo segundo, que pase lo que pase mantendrá el carné socialista que tiene desde 1970 y su total apoyo al PSOE «mientras viva». Y, en tercer lugar, consultado sobre si en el futuro estaría dispuesto a aceptar otras responsabilidades en su partido pronunció la elástica frase: «Todas las que me quieran dar».
En definitiva, de la conversación es difícil saber si se está ante un punto y aparte o ante un punto y seguido e, incluso, ante unos puntos suspensivos. Bono ya protagonizó en abril de 2006 un primer abandono de la política, cuando por «motivos familiares», aunque también por discrepancias en política antiterrorista y sobre la reforma del estatuto catalán, dejó la cartera de Defensa en el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, quien seis años antes le arrebató la secretaría general del PSOE. Pero año y medio después, se dejó convencer por Zapatero para encabezar la lista de Toledo y ser presidente del Congreso.
Bono inició su carrera institucional en 1979, cuando logró su primer escaño en el Congreso, pero donde se transformó en uno de los grandes barones del PSOE fue en Castilla-La Mancha, comunidad que presidió entre 1983 y 2004, y donde ganó seis elecciones consecutivas, siempre por mayoría absoluta.