![](/cadiz/prensa/noticias/201108/17/fotos/7161258.jpg)
El reto más importante del año
Está obligado a superar la previa ante el Odense, más rodado al llevar cinco jornadas de la Liga danesa disputadas hasta ahora El Villarreal se juega hoy su clasificación para la Liga de Campeones
MADRID. Actualizado: GuardarEl Villarreal disputará esta tarde su primera final a pesar de no haber terminado aún la pretemporada. Se juega su pase a la fase de grupos de la Liga de Campeones ante un rival, en teoría, bastante inferior. El Odense danés no debería dar problemas en la ida de esta previa, toda vez que su técnico, Henrik Clausen, ha admitido que son más corderos que lobos ante el potencial de los españoles, que en los últimos años se han convertido en un habitual en las competiciones continentales.
Porque más que en lo deportivo, el Villarreal se la juega en el aspecto económico. Alrededor de 25 millones de euros, como mínimo, podrían dejar de recibir las arcas amarillas esta temporada si se produce la hecatombe de la eliminación. Un dinero que, tal y como está el negocio del fútbol, supone la sutil línea que separa a un gran bloque de la clase media normal. Lo mismo que le pasó la temporada pasada al Sevilla, eliminado por el Sporting de Braga portugués y que supuso un palo enorme para la entidad.
Para no caer en las redes de una ingrata sorpresa, Juan Carlos Garrido tendrá a toda la plantilla disponible. Viaja con 21 jugadores por la duda de Nilmar, pero con la tranquilidad de poder contar con Rossi, pendiente de su futuro. El mayor hándicap para los villarrealenses es que su rival está más rodado. Va cuarto en la Liga danesa, tras cinco jornadas disputadas (dos victorias, dos empates y una derrota). Además, cuenta entre sus filas con un viejo conocido de la afición española: Skoubo, exjugador de la Real Sociedad.
También tiene a su favor el Villarreal los antecedentes. En 2004 ya se enfrentó a los daneses en la Copa Intertoto. Ganaron los por aquel entonces los pupilos de Manuel Pellegrini por un global de 5-0. Desde entonces, las diferencias estructurales y deportivas de ambos clubes han aumentado. Prueba de la debilidad del Odense es que su triunfo sobre el Panathinaikos, en la anterior ronda, fue su primera victoria en los ocho encuentros de la Copa de Europa que ha disputado. Solo falta que el equipo español materialice sobre el campo la superioridad que le otorgan los números y la historia.