La delicada situación financiera también siembra dudas en Jerez

El Ayuntamiento de Jerez es, posiblemente, uno de los mayores exponentes de la delicada situación financiera que padecen la mayoría de los consistorios españoles. Con una deuda de casi mil millones de euros y con los ingresos de administraciones superiores comprometidos ya en buena parte hasta 2015, el panorama que se cierne sobre él es ciertamente negro. Sobre todo teniendo en cuenta que la posibilidad de endeudamiento se encuentra, además, al límite, lo que provoca que el nuevo gobierno del PP se vea obligado a tirar de imaginación y de medidas contundentes. Una de las consecuencias de esta gravísima situación económica, además del retraso continuado en el pago de las nóminas a su plantilla, es la imposibilidad de hacer frente al pago a las concesionarias. Las deudas se arrastran desde hace años y éstas se ven incapaces -o eso argumentan- de hacer frente a las nóminas. Estos días, precisamente, la ciudad está padeciendo una huelga en el servicio de transporte urbano que presta Urbanos Amarillos. Los paros entraron ayer en su segunda semana, y lo peor es que ni tan siquiera hay un acercamiento entre las partes implicadas que invite al optimismo. El gobierno local ya ha reducido los sueldos de los políticos, ha encargado una auditoría o ha anunciado la ansiada Relación de Puestos de Trabajo. La cuestión es si será suficiente para sanear las arcas.