El toro de Iberia
Actualizado:En los carteles han puesto un nombre que no lo queremos ni ver pero que mucha gente paga por verlo: ‘Ratón’ y olé, ‘Ratón’ y olá. Su atractivo en los planos anuncios taurinos compite con el de los más afamados diestros. Ni el más sabio, Enrique Ponce, ni el más arriesgado, José Tomás, pueden equipararse con él en ciertas plazas, ya sean redondas o cuadradas. Basta escribir su nombre en lo que Miguel Hernández llamó «yedra cuadrangular de las esquinas» para garantizar un lleno hasta las distintas banderas autonómicas. Los grandes toreros han matado a muchos toros, pero es la primera vez que un toro mata a distintos pseudo toreros, si bien aprovechándose de que estaban ebrios y no sabían torear.
El toro ‘Ratón’, mejor dicho su apoderado, solo cobra 10.000 euros por matar, pero se ha cobrado ya tres muertes. A este precio nunca se hará rico. Tiene ya diez años, o sea el doble que sus hermanos de lidia. Mucho tiempo desde que corneara por primera vez los trebolares tiernos en la dehesa, pero conserva intacta la mala leche que le transmitió la vaca. Lo suyo representa el triunfo de la vocación sobre la tradición y se ha rebelado contra la terca costumbre de que sean siempre los toros los que mueran. Tiene derecho por lo tanto a figurar en el Cossío, junto a ‘Bailaor’, ‘Islero’ y otros asesinos difuntos. Los más certeros han pasado a la historia de la fiesta bárbara, hermosa y tremenda de la Tauromaquia. Solo Lorca. Autor de la más grande elegía de nuestro idioma, después de la que don Jorge Manrique dedicó a su papá, omitió su nombre. El toro que mató a Ignacio Sánchez Mejías se llamaba ‘Granadino’ y entonces aún no tenía motivos para hablar mal de sus paisanos. ‘Ratón’ es el símbolo de nuestra brutalidad. Mata sin grandeza, haciendo excursiones por los pueblos. A ningún aficionado nos gusta que la «furia armada» provoque la muerte de un torero, pero queremos que la posibilidad exista. Este viejo toro de Iberia es el único inocente.