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JMJ 2011

El obispado cierra con nota el paso de la JMJ por la diócesis asidonense

Los peregrinos acogidos en la ciudad salieron en autobús tras la eucaristía en Chapín para Madrid

JOSÉ VEGAZO
Actualizado:

La JMJ ya es historia en Jerez. Jornadas Mundiales de la Juventud han pasado por la ciudad dejando muchos detalles para el análisis. Pero es evidente que se puede catalogar de éxito la convocatoria, porque ni en las mejores previsiones iniciales se pensaba en llenar el fondo de Chapín, y mucho menos con hacerlo dos noches consecutivas. Con el tiempo se podrá analizar si estos días de acogida y convivencia han servido para ensanchar las miras de los jerezanos, si la diócesis obtendrá frutos en un futuro cercano. Si crecen las vocaciones, si los movimientos diocesanos se dan cuenta de que trabajando juntos tienen más posibilidades que haciendo la guerra por su cuenta. Tiempo habrá de analizar todo esto.

Pero la realidad es que a primera vista, el éxito del obispado es notable. Ha conseguido unificar todos los esfuerzos posibles, todos los estamentos de la diócesis, en mayor o menor medida, han colaborado para que los actos previstos sean un éxito, y el paso de los peregrinos por la ciudad ha servido de impulso para muchas parroquias que estaban adormecidas. De hecho, incluso a nivel parroquial se ha visto el esfuerzo recompensado, ya que han sido muchos los voluntarios que se han unido a este proyecto saliendo de la propia vida parroquial. Muchas familias han acogido a peregrinos y han vivido las actividades que las parroquias han ofrecido, y quizá ese haya sido el lunar de unas celebraciones que pretendían rejuvenecer el espíritu de la diócesis.

Si bien los eventos organizados por el obispado han obtenido la respuesta que se esperaba, e incluso más de la esperada, lo cierto es que la mayoría de las parroquias apenas han notado el paso de los peregrinos por la ciudad. Bien sea porque es agosto, y muchas de las familias están ya de vacaciones, igual por la edad de algunos párrocos, que ya no permite esa conexión con la juventud, o por la difícil implicación de cerca de dos mil personas en la vida diaria de las parroquias, lo cierto es que han quedado alejadas de ser el motor de un encuentro que si deja algo sustancial en un futuro, lo hará a nivel personal o familiar, pero no a nivel parroquial.

Sin embargo, parece lejana la época en la que la parroquia era el corazón de la iglesia. La nueva distribución geográfica de las ciudades y el crecimiento demográfico aconsejan cada vez más estos actos multitudinarios frente a los retiros parroquiales, las misas convencionales dominicales y las actividades de menor rango que se puedan hacer en los templos. Grandes explanadas, estadios deportivos o aeropuertos son ahora las catedrales.

Así lo ha entendido José Mazuelos, obispo diocesano, que ha convertido Chapín en un magno templo, en una catedral sin bóvedas ni columnas que ha servido de escenario perfecto para dos actividades muy al estilo de lo que vivirán los peregrinos en Madrid esta semana. Porque todas las actividades que esperan a los peregrinos en la capital de España serán multitudinarias, como lo han sido las dos que se han celebrado en Chapín. Tanto la vigilia, que logró reunir el domingo a cerca de 4.000 personas, como la eucaristía de ayer, donde el fondo de Chapín se llenó de nuevo, han sido dos piedras de toque tanto para los peregrinos que asistieron como para los organizadores de los actos, novatos en este tipo de celebraciones y que sin embargo, solventaron con notable alto la organización de esta fiesta de los jóvenes. La eucaristía fue en ejemplo más de organización y religiosidad popular a partes iguales, ya que el Santísimo Cristo de la Exaltación presidió la misa solemne en el escenario que servía de presbiterio en Chapín. Una novedad de última hora que sirvió para integrar a los cofrades, quizá el movimiento diocesano que más al margen estaba de estas jornadas, en una festividad que debería acoger a todas las sensibilidades de la diócesis asidonense, como así pasó al final gracias a este gesto del obispo diocesano de elegir al crucificado más cercano a Chapín.

Los detalles ayudaron a que la celebración, al igual que la vigilia del día anterior, fuera un éxito. Lo cierto es que la diócesis de Jerez cuida desde hace unos años la liturgia de manera especial, y poco importa que la eucaristía sea en la catedral, que en un escenario de un complejo deportivo. Se hacen bien las cosas, y eso se nota en el resultado final. Y ahora, aunque parezca que todo ha terminado, la realidad es que todo comienza, puesto que gran parte de la jerarquía eclesiástica jerezana, así como los dos mil peregrinos que ayer se montaron en el autobús, llegarán a Madrid en las próximas horas, donde tomará todo el protagonismo de esta diócesis la hermandad de la Candelaria que ha cedido tanto su imagen titular como su paso de misterio para enmarcar la octava estación del víacrucis que presidirá el papa el próximo viernes en el paseo de Recoletos. Un hito histórico que vivirá la diócesis asidonense gracias a la generosidad de la hermandad que preside David Calvo, que a partir de ahora se convierte en el único foco de atención diocesano de la semana.