Los Siete Pinos y Chapín son ejemplos de desmantelamientos que aún dejan rastro
Actualizado:El urbanismo jerezano, ayudado por la crisis inmobiliaria que paraliza la ocupación de parcelas interesantes como zona residencial, mantiene aún el rastro dejado por algunas de las últimas explotaciones ganaderas que abandonaron nuestras calles. Ya no están los animales pero estuvieron hasta hace muy poco y, además, han quedado los restos de establos u otras instalaciones en lugares hoy en día tan urbanos como la avenida Lola Flores, junto al estadio Chapín, o antes de llegar a la barriada de La Granja, en lo que siempre se llamó Hijuela de los Siete Pinos.
«Queda terminantemente prohibido en lo sucesivo el establecimiento de vaquerías, establos, cuadras y corrales de ganado y aves dentro del núcleo urbano de las localidades de más de 10.000 habitantes y que no sean esencialmente agrícolas o ganaderas», dice el Reglamento de Actividades Molestas, insalubres, Nocivas y Peligrosas en vigor. Este texto contempla tanto la prohibición de implantación nuevo como la desaparición de estas actividades del casco de las poblaciones en un plazo de diez años. Pero se ha dejado correr el tiempo en muchos casos llegando hasta nosotros ejemplos como los dos mencionados. Ahora es en el extrarradio (la salida hacia Arcos) donde se observan desmantelaciones.