Supercopa de autoestima
El primer asalto mide el estado físico y anímico de los colosos tras una pretemporada desigual
MADRID. Actualizado: GuardarLa Supercopa, revalorizada por Real Madrid y Barcelona, servirá para reforzar la autoestima de los dos colosos del fútbol español, tres meses después de la explosiva semifinal de la 'Champions', con heridas sin cicatrizar, y tras una pretemporada desigual de los campeones de Copa y Liga. «Impecable» la del Madrid, como reconoce Guardiola, aunque los rivales no hayan sido de altura. Repleta de dudas, marcada por la escasa preparación y las lesiones, la de los azulgrana. Según pinte la fiesta en la Supercopa de España, el vencedor habrá ganado un gran título y el perdedor se habrá quedado sin un torneo menor. El caso es que con la presencia de Madrid y Barça, que no se enfrentan en la Supercopa desde hace 14 años, se realza la competición y se reanuda la guerra entre los odiados enemigos.
El primer asalto en el Bernabéu, donde ayer hubo alrededor de 50.000 aficionados en el último entrenamiento para que los blancos se diesen un baño de cariño, con insultos al Barça incluidos, medirá el estado físico y anímico de los dos equipos más poderosos de Europa. Con el Madrid en mejor momento de forma, aunque los azulgrana son los favoritos. Porque el Barça se ha ganado esa condición en todo lo que juega, y porque podrá decidir el trofeo en el Camp Nou tres días después por ser el que ganó la Liga. También porque es el vigente campeón de una Supercopa a la que asegura conceder una importancia «vital». Para el Madrid a este trofeo también se le considera ahora bastante más valioso, porque enfrente vuelve a estar el archirrival y se le presenta la ocasión de vengarse de la eliminación de la Liga de Campeones, cuando en la final de Copa dio un paso para intentar acabar con la hegemonía del 'invencible' conjunto azulgrana.
Otra vez a partido de ida y vuelta, no como en la Copa del Rey de Mestalla, y de nuevo con el primer choque en terreno blanco, como ocurrió en la eliminatoria europea que José Mourinho incendió y llevó al fango para que el Madrid acabase fulminado, por 0-2 en el Bernabéu -ensuciado por la batalla y el teatro de los jugadores en el césped y por las palabras del luso en sala de prensa-, y por 1-1 en el Camp Nou. Allí los blancos esperan presentarse la noche del miércoles con ventaja, aunque de momento Guardiola no haya perdido nunca en el Bernabéu y su Barça haya reventado a goles el estadio madridista: 11 a favor y tres en contra.
El Madrid, reforzado moralmente, y con el Barcelona tocado, con la baja tan importante de Puyol y otros jugadores clave entre algodones (Piqué, Busquets, Xavi...) ve que este es su momento. Nunca ha perdido la Supercopa ante el Barça, ya en cuatro ocasiones, y la disputa del primer título de la temporada marcará territorio y podrá condicionar los futuros enfrentamientos. Valdrá para dar un primer golpe, porque aunque sea un título pobre, para Mourinho y los suyos sería el segundo y subirían otro peldaño, para acercarse más a un Barça que sigue siendo superior. Y no solo por contar con Messi, que ha regresado de las vacaciones más musculado y es en quien más confía la afición culé para seguir destrozando a los blancos.
En el Madrid que siempre acaba con uno menos, la fe de sus seguidores está puesta en Cristiano, en un crecido Benzema que ha perdido peso y ganado madurez y, por supuesto, en Mourinho, de quien se espera un planteamiento menos rácano que el de la 'Champions', con Pepe en el 'trivote' para destruir y salir escaldado por su patada a Alves, aunque el central portugués fuese el antídoto del Barça en la final de Copa. Esta vez, con Khedira y Xabi Alonso irrenunciables mientras Sahin siga lesionado, 'Mou' también se plantea una línea de tres en el medio. Con Coentrao, el Madrid sería más defensivo. Con Di María, menos conservador. Muchos son los que piden al técnico portugués que no actúe en función del rival y juegue de tú a tú a este Barça, aunque con la experiencia de la 'manita' de la Liga en el Camp Nou, el luso prefiera asegurar y medir los tiempos.
Los blancos ya se ganaron el respeto del Barça en la Copa y Guardiola no oculta que este Madrid es «muy fuerte» y que «siempre será un rival complicado, sea en la competición que sea». Y más, cuando los madridistas le tienen tantísimas ganas a este Barcelona que ahora ha flojeado, aunque el fútbol continúa siendo de los azulgrana. Y, de momento, sin necesidad de su primer refuerzo, Alexis, y tampoco de Cesc, aunque el fichaje ya está cerrado y solo se espera la confirmación oficial del Arsenal. Más preocupan ahora los tocados y el mermado estado físico de la plantilla, aunque para Guardiola «no hay excusas». «El que gane será el mejor», proclamó ayer el técnico culé.