Arenas y González Pons, en un acto con jóvenes del partido en Estepona. :: CARLOS DÍAZ / EFE
Elecciones generales

El Gobierno alega que el final de ETA «pone nervioso» al PP

Arenas sostiene que no recuerda ninguna campaña electoral «en la que los asesinos no hayan tratado de influir»

MADRID. Actualizado: Guardar
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El terrorismo tal vez se quede algún día fuera del rifirrafe proselitista propio de una campaña electoral, pero todo hace indicar que no será en esta. El ruego que realizó Elena Valenciano al PP el pasado miércoles, para que ETA quedara fuera de la carrera a la Moncloa ha caído en saco roto. Y por partida doble. Tanto el ministro de Fomento, José Blanco, como el vicesecretario de política territorial del PP, Javier Arenas, entraron ayer al trapo en sendas entrevistas radiofónicas. El único que cumplió con la máxima de tratar el terrorismo como un asunto de Estado ajeno a las contiendas electorales fue Alfredo Pérez Rubalcaba. El candidato socialista declinó contestar preguntas sobre ETA durante una rueda de prensa.

Blanco abundó sobre la tesis de que el final de la banda está hoy «más cerca que nunca». Un logro que atribuye a los acuerdos políticos, a la cooperación con Francia pero, especialmente al trabajo de «los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, dirigidos hasta hace pocos días por Alfredo Pérez Rubalcaba». Más agresivo se mostró el titular de Fomento a la hora de valorar el papel del principal partido de la oposición, al que nota «demasiado nervioso». El motivo radica, a su juicio, en que «cuanto más débil está ETA, más se preocupa el PP; y eso me genera zozobra e inquietud».

Blanco atribuye a Bildu un papel relevante en el epílogo de ETA. Por ello, exigió a la coalición abertzale que «convenza definitivamente a ETA» para que deje las armas y «no se distraiga» en actos «ofensivos» para las víctimas como el que intentaron organizar el miércoles en San Sebastián. «A las víctimas siempre hay que mostrarles apoyo, respeto y consideración», remachó. Además, el vicesecretario general del PSOE advirtió a Bildu de que el Gobierno actuará contra ellos si observa que «contravienen la ley», en alusión a la aplicación de la Ley de Partidos que permite inhabilitar a aquellos cargos públicos que traspasen la frontera del apoyo a la banda terroristas o aquellos que le prestan cobertura.

De los GAL al Faisán

Javier Arenas, que a sus cargos orgánicos suma el de portavoz de guardia del PP en esta semana, dio una réplica contundente a Blanco. Pese a las críticas recibidas por dirigentes socialistas, insistió en que «una cosa es la derrota del terrorismo y otra el final de ETA». Un argumento que utiliza para asegurar que el PSOE tal vez busque el punto y final de la banda, pero sin lograr la derrota del terrorismo que, a su juicio, supondría la rendición sin condiciones de ETA, la entrega total de armas y la petición pública de perdón a todas las víctimas.

Arenas, además de defenderse, pasó al ataque y rechazó que el PSOE pueda presumir de una inmaculada hoja de servicio en la lucha contra el terrorismo. «Muy cerquita está el asunto Faisán y ya con mas lejanía nos podemos acordar del GAL y otras cosas, así que lo que tenemos que hacer es mantener la unidad contra los terroristas, desear su derrota», indicó. Arenas, en relación a la petición del PSOE de dejar fuera al terrorismo de la disputa electoral, espetó: «No recuerdo ninguna campaña electoral en la que los asesinos de ETA no hayan tratado de influir en los comicios, a veces con cierto éxito».

El máximo dirigente de los populares andaluces rebatió, asimismo, la aseveración de Blanco sobre que ETA está en el momento más débil de su historia. «ETA tiene lo que jamás soñó», recalcó en alusión a las «posiciones institucionales sólidas» logradas por Bildu en las elecciones del 22 de mayo. Sus augurios sobre el papel que jugará Bildu en el futuro no son buenos: «Me parece que en el País Vasco vamos a asistir al tránsito de la deslealtad constitucional que ya conocimos a la rebeldía desde las instituciones». Arenas, en cualquier caso, no se siente «decepcionado en absoluto con la izquierda abertzale», porque siempre ha considerado que «eran amigos de ETA su el brazo político».

Una decepción que sí padece Patxi López. El lehendakari lamentó que hasta el momento «no hemos visto una sola política que tenga que ver con la gestión de lo que necesita la sociedad vasca, solo hemos visto gestos de acercamiento a los presos (de ETA) y a los familiares de los presos».

López tiene claro que la izquierda abertzale «avanza más» cuando se siente presionada por acciones legales en su contra.