Sarkozy habla al oído a Merkel durante la ceremonia de los premios Carlomagno. :: INA FASSBENDER / REUTERS
crisis económica en europa

La Unión Europa se moviliza para combatir la especulación

Italia elevará al 20% los impuestos sobre las rentas del capital y flexibilizará el despido de los trabajadores

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los líderes europeos modifican sus agendas al ritmo que les marca la ofensiva de los mercados. El presidente francés Nicolas Sarkozy recibirá el próximo martes en el Elíseo a la canciller alemana Angela Merkel. Aunque la cita tiene como motivo 'oficial' la redacción de propuestas conjuntas para mejorar la gobernanza europea, a nadie se le ocultan los motivos de esa convocatoria, inusual a mediados de agosto. El desplome de las Bolsas, la amenaza de que la inacabable crisis de la deuda soberana europea pueda alcanzar a Francia, y los temores de que las áreas más desarrolladas del mundo puedan recaer en otra fase de recesión han encendido todas las alarmas.

Alemania y Francia tienen en parte la llave para que los acuerdos de la 'cumbre' de Jefes de Estado y de Gobierno del pasado 21 de julio se apliquen cuanto antes. Las dos piezas principales de aquel consenso -las ayudas a Grecia y la nueva formulación del fondo de rescate europeo- necesitan del refrendo de los parlamentos de los países miembros, pero un impulso germano puede tener un efecto decisivo. La presidencia polaca de la UE ya ha recordado a los dirigentes europeos que los inversores esperan «acciones firmes» y les urgió a acelerar la aprobación de las medidas destinadas a apagar la crisis de la deuda.

Merkel se encuentra oficialmente de vacaciones hasta mañana, cuando acudirá al acto central del 50 aniversario de la construcción del muro de Berlín. Su ausencia ha sido criticada por la oposición, ante el recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana de los países 'periféricos' de la zona euro por las tensiones surgidas en Estados Unidos. Sarkozy se vio obligado a reincorporarse a su despacho antes de lo previsto, porque rumores más o menos interesados atribuyeron a las agencias de calificación el propósito de rebajar la 'nota' de la deuda gala, que podría perder la triple A en la valoración de Standard & Poor's o Moody's. Otros rumores igualmente falsos se cebaron en entidades señeras del sector bancario. El presidente francés emplazó a su Gobierno a aprobar medidas de ajuste -más allá del retraso en la jubilación-, y se proponer hacerlo antes de que termine agosto.

Condiciones del BCE

Mientras tanto, el ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, expuso ante el Parlamento del país transalpino las «medidas fuertes» y las reformas que se propone aprobar en el marco de un plan de austeridad reforzado. El responsable económico reconoció que el Banco Central Europeo le había impuesto 'condiciones' antes de comprometerse a sostener la deuda italiana en los mercados.

Tremonti explicó que las ganancias financieras verán aumentado su gravamen desde el 12,5% al 20%, con la única excepción de las generadas por la inversión en deuda pública. Menos claro fue en su defensa de la propuesta de una reforma laboral que contemple «cierto derecho a despedir», de manera que las salidas del personal se vean «compensadas con mecanismos de seguridad social más favorables». El ministro matizó que, en la reforma del estatuto de los trabajadores, el Gobierno no está dispuesto a «aceptar todo lo que nos recomiendan», al referirse a la posibilidad de despedir con mayor facilidad.

Acosado desde hace dos semanas por los mercados y por las autoridades europeas, Silvio Berlusconi se comprometió a adoptar antes del 18 de agosto un nuevo plan de ajuste en el que figuran las privatizaciones de determinados servicios públicos del transporte, el suministro eléctrico o la recogida y tratamiento de basuras. Ante unos 150 parlamentarios, que tuvieron que renunciar a sus vacaciones veraniegas, el ministro Tremonti admitió que se necesita «actuar en forma decidida» debido al agravamiento de la crisis, por lo que anticipó en un año, a 2013, los objetivos de estabilidad de las cuentas públicas que deben conseguirse con el plan de austeridad. «Tendremos que recortar casi a la mitad el déficit de este año, que será de 3,8% a 3,9% (del PIB)», explicó.

La situación es tan delicada que el gobierno ha pensado trasladar las festividades no religiosas a los domingos, con el fin de «aumentar la productividad». Entre las medidas que el Ejecutivo de Berlusconi tiene en cartera figura reforzar la lucha contra la evasión fiscal, uno de los grandes males de Italia y no excluye introducir una suerte de impuesto de «solidaridad». Está descartado elevar la fiscalidad del patrimonio, como solicitan algunos sectores sociales. Las iniciativas apenas esbozadas de Tremonti desataron fuertes críticas de la oposición de izquierda, así como de los sectores moderados de centro y hasta del mayor aliado del gobierno, el movimiento populista Liga Norte. Para Umberto Bossi, líder histórico del movimiento, se trata de un «proyecto brumoso».