TOBOGANES
Actualizado:De tanto darse con la cabeza contra el suelo, ayer la Bolsa se volvió loca. Primero subió casi un 3%; luego, a media mañana bajaba otro tanto para terminar el día con una subida del 3,56%. Si pretende usted que le dé las razones de tan singular comportamiento, me sobreestima. La verdad es que no tengo ni idea. Se anunció el enésimo encuentro entre Merkel y Sarkozy; pero eso dista kilómetros de ser noticia, incluso en el insulso (¿?) mes de agosto. Nueva York abrió al alza, vaya también usted a saber por qué.
Tal y como están las cosas, la estrategia de inversión a largo plazo de nuestros días consiste en comprar por la tarde y vender a la mañana siguiente. O, ¿era al revés? No sé, ya no me acuerdo. Lo único cierto es que los mercados financieros, la Bolsa y la deuda, viven en permanente ataque de nervios. Quizás la culpa no es del todo suya. Los gobiernos ayudan lo que pueden. Hasta ahora se han dedicado a proporcionar al enfermo aspirinas; pero ya está claro que necesita cirugía y no es evidente que vayan a aplicarla. Unos, porque han tirado la toalla y la cosa ya 'no va con ellos', como es el caso de Zapatero; otros, como Merkel, porque no quiere dar la apariencia de que paga con impuestos alemanes los desmanes del Sur; algunos, como los griegos, portugueses e irlandeses, porque han traspasado la responsabilidad y se cobijan bajo el paraguas protector de la patria potestad europea, como hijos menores de edad y, otros más, porque no saben qué hacer, como es el caso de Sarkozy o de Berlusconi. Si de verdad queremos una solución definitiva, hay que hablar de otras cosas más serias. Hay que hablar de crecimiento y de estabilidad, dos conceptos que se encuentran huidos. La estabilidad exige repensar el sector público en su conjunto. No se trata de derribar el Estado de Bienestar, sino de podar sus numerosas adiposidades para garantizar sus auténticas prioridades. Y para crecer hay que hacer muchas cosas, algunas bien sencillas y otras bien complicadas. No sé si es el momento. Si quieren lo hablamos a la vuelta de las vacaciones.