El pánico se adueña de las Bolsas

Los inversores que operan en las Bolsas europeas en pleno agosto, aunque pocos, se dejaron llevar por el pánico y vendieron de forma masiva, sobre todo títulos bancarios. Les pudo el miedo a todo: a que la deuda de Francia pierda su calificación, como se rumoreó durante la jornada bursátil, a que el problema griego sea aún más grave de lo conocido y el país se salga de los esquemas establecidos para financiarse y, en particular, a que la negra sombra de una recesión se despliegue de nuevo sobre los países desarrollados. Wall Street abrió, se hundió a plomo y perdió un 4,62%.

De poco sirvió que las agencias Fitch y Moody's confirmaran que la nota que evalúa la solvencia de los títulos de largo plazo emitidos por Francia está en el máximo nivel -AAA y Aaa, respectivamente- y va a seguir estable. Para entonces, el rumor había causado estragos.

La Bolsa de Madrid sufrió un desplome del 5,49% y cerró en 7.966 puntos, por debajo del nivel psicológico de las 8.000 unidades. Para encontrar una sesión peor, y un nivel semejante en el Ibex 35 hay que remontarse al arranque de abril de 2009, con los mercados todavía noqueados por la quiebra de Lehman Brothers. Los inversores han devuelto el parqué a los tiempos más negros de la crisis financiera y económica. Los españoles ya acumulan un hundimiento del 17% solo en lo que va de mes. Y no hay referencias próximas a un desplome de tal calado como el sufrido en una sesión por el sector bancario: Santander cayó un 8,33%, BBVA el 7,83% y Banco Popular el 6,74%.

No fueron, con todo, las pérdidas más acusadas del continente. Milán cedió el 6,65%, a pesar de que el Banco Central Europeo había continuado su política de compras de bonos italianos y españoles, y después de que el Gobierno Berlusconi pudiera celebrar con alivio los resultados de una subasta bastante relajada. Italia captó 6.500 millones de euros en obligaciones a un año, y solo tuvo que pagar el 2,959%, frente al 3,670% que abonó en la anterior emisión del mismo tipo de títulos. También sufrieron las acciones bancarias. Intesa Sanpaolo perdió el 13,72% y UniCredit se dejó el 9,37%.

La desconfianza arrasó todos los parqués. El CAC 40 de la Bolsa de París cedió un 5,45%, para cerrar en 3.002,99 puntos. Los valores bancarios franceses se resintieron de los dos efectos, el eventual aumento del riesgo país de Francia y la más que cierta exposición a la deuda griega. Por eso, los valores bancarios sufrieron las mayores pérdidas; las acciones de Société Générale, que habían llegado a caer más del 20%, cedieron al término de la jornada el 14,74%, BNP Paribas retrocedió el 9,47% y Credit Agricole el 11,81%.

La Bolsa de Fráncfort cedió el 5,13% para cerrar en 5.613,42 puntos, con lo que las pérdidas se elevan a cerca del 19% en una semana. También en este caso los valores bancarios y los seguros fueron los más perjudicados: la compañía de seguros Allianz cayó el 8,05%, el primer grupo bancario alemán Deutsche Bank cedió el 7,42% y el Commerzbank se dejó el 8,03%.

Aunque el Footsie 100 de Londres fue uno de los indicadores europeos menos perjudicados, al registrar un retroceso del 3,05%, la penalización también incidió en los títulos bancarios, porque Barclays Bank se dejó el 8,70%, Royal Bank of Scotland el 7,33% y HSBC el 5,28%.

Riesgo contenido

En el marco del desplome de los mercados de valores, la evolución de la prima de riesgo constituyó el único alivio. El diferencial de las obligaciones españolas a diez años respecto al bono alemán del mismo plazo apenas se tensó hasta 284 puntos básicos, mientras trepó a 290 en el de los títulos italianos. Un ligero repunte respecto a la víspera, efecto de una fuerte caída de la rentabilidad del bono germano. Para financiarse a diez años, en el mercado secundario español se exige pagar ahora el 5,08%.

¿En qué se basa el durísimo castigo al sector bancario europeo? «El mercado se está centrando ahora en la exposición que tienen los bancos franceses a la deuda griega», explicó Soledad Pellón, analista de IG Markets. Fuentes de la Société Générale reconocieron su posible vinculación a la crisis de la deuda griega. Como consecuencia de la incertidumbre en las Bolsas, el precio del oro batió un nuevo récord histórico, acercándose a la barrera de los 1.800 dólares.