MUNDO

La violencia desnuda a la Policía de Londres

La intención de Scotland Yard de no caldear más el ambiente favorece la extensión de saqueos e incendios

LONDRES. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una tercera jornada de disturbios sembró ayer el pánico en barrios de Londres que se habían mantenido al margen de la espiral de violencia motivada por la muerte de un individuo por disparos de la Policía, el pasado 4 de agosto. A media tarde, jóvenes airados formaron barricadas en calles comerciales, torpedearon a agentes del orden con contenedores de basura, tiraron pedradas contra escaparates y quemaron vehículos y establecimientos en Hackney, en el este, Lewisham y Pekham, en el sur de la capital británica. Algunas horas después, se registró el primer enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad fuera de Londres, en una barriada de Birmingham.

Los altercados se extendieron a distritos londinenses más céntricos, incluido Islington, donde las tiendas echaron la persiana antes de la hora habitual de cierre y el ayuntamiento dejó salir a sus empleados en previsión de una escalada de la violencia al ponerse el sol. La noche anterior, distritos colindantes a Tottenham, foco de la protesta inicial y escenario de la muerte aún no explicada de Mark Duggan, así como zonas del multicultural Brixton fueron atacadas por jóvenes que saquearon comercios de moda y zapatillas deportivas, aparatos eléctricos, móviles y una joyería.

La crisis forzó a la ministra del Interior, Theresa May, a interrumpir sus vacaciones y el alcalde de Londres, el también conservador Boris Johnson, confirmó que regresaría hoy a su puesto de trabajo tras negarse repetidamente a concluir su periodo de descanso. A su vez, la jefa de la Policía de Tottenham, Sandra Lobby, comenzó a planear su retorno desde Florida, a donde partió horas antes de la manifestación pacífica del sábado pasado que desencadenó en los más graves disturbios que sacuden el distrito desde los años ochenta.

Con el primer ministro, David Cameron, en Italia, fue el 'número dos' del Gobierno de coalición, Nick Clegg, quien intentó ayer calmar la situación y afrontó las críticas por la aparentemente deficiente actuación de Scotland Yard. Clegg rechazó relacionar los actos de pillaje del domingo en el sur y norte de la capital con las repercusiones por la muerte de Duggan. «Fueron robos oportunistas y violencia innecesaria; nada más», dijo el viceprimer ministro, tras recordar que quienes sufren en estos actos de vandalismo son «los tenderos que han perdido sus negocios, las familias que se han quedado sin vivienda y las muchas personas que sienten miedo en sus barrios».

Maniobra de no intervención

Clegg acudió por la tarde a Tottenham en su primera visita al devastado distrito una vez concluidas sus vacaciones. Pudo escuchar directamente el malestar de muchos residentes y comerciantes por la incapacidad de la Policía para prevenir y contener la violencia. En la población cunde la sospecha de que las fuerzas del orden han adoptado una estrategia de no intervención para evitar caldear más la situación, con el resultado de que los atacantes, en su mayoría jóvenes y no exclusivamente negros, han prendido fuego a decenas de locales, viviendas y vehículos. Los agentes tienden a aplicar esta táctica en el control de manifestaciones, confiando en las cámaras de seguridad y las de los propios oficiales para practicar detenciones a posteriori.

La rápida dispersión de los altercados está favorecida por la celeridad con que se transmiten en las redes sociales y en Twitter los detalles sobre nuevos objetivos, y puede haber contribuido a la desastrosa actuación de Scotland Yard. La Policía de Tottenham reconoció que no previno el extremo nivel de violencia del pasado sábado ni anticipó los actos de pillaje que se prolongaron en horas. Líderes comunitarios venían advirtiendo de las potenciales explosivas repercusiones de la polémica muerte de Duggan, pero sus palabras cayeron en oídos sordos.

Ayer, el vicecomisario Steve Kavanagh se disculpó por primera vez de un error en la contención de la situación que vuelve a desacreditar la reputación de Scotland Yard semanas después de la dimisión del jefe del servicio por la crisis de las escuchas periodísticas. Kavanagh reconoció que las «necesidades de la familia» del hombre asesinado deberían haberse atendido «más efectivamente». Los familiares de Duggan reclamaron información sobre la muerte en la concentración del sábado frente a la comisaría de Tottenham, pero su petición fue desatendida y se convirtió en la chispa que dejó el barrio en llamas.

La ministra del Interior hizo un resumen de las tres jornadas de descontrol que, según dijo, han provocado 215 arrestos y han causado heridas en más de 40 policías. May rechazó entrar consideraciones socioeconómicas como contribuyente de los disturbios que se localizan en su mayoría en zonas deprimidas de Londres. «La violencia, los actos de pillaje y vandalismo que hemos observado son pura criminalidad», dijo May.