EL GLOBO PINCHADO
Actualizado: GuardarEs peor no tener documentos que no tener qué comer. Una prueba es que hay centenares de 'sin papeles', a pocos metros de la frontera marroquí con Ceuta, que aguardan, entre los matorrales, los eucaliptos y la jara, el momento de venir con nosotros. Es el paso del Estrecho, que para ellos supone pasar de la miseria absoluta a la pobreza. Se ha pinchado el globo terráqueo de la llamada sociedad del bienestar incluso para los que no la habían conocido nunca. Quiere decirse que en ciertos países tendremos que habituarnos a vivir con menos y en otros deberán acomodarse a no vivir con nada. En los primeros la gente se pregunta qué será de sus hijos y en los otros no se pregunta nada. Se les llama y no contestan.
La mala racha le ha llegado al Imperio norteamericano, que está experimentando su caída. Las armas y las letras de cambio siempre han sido buenas compañeras, pero al mismo Suetonio, si estuviera vivo, se le acabaría la cuenta de los Césares. El Pentágono ha sufrido la peor catástrofe de la infructuosa guerra de Afganistán. La invasión de cualquier país hace crecer el número de patriotas entre los nativos y los talibanes tienen bastante puntería. La cosa está en Kabul como para tirar cohetes y uno de ellos alcanzó a un helicóptero que participaba en una batida contra los insurgentes, que surgen por todas partes. 31 soldados de las fuerzas especiales murieron por su patria. Algunos pertenecían a los SEALS, el cuerpo de élite que acabó con la custodiada vida de Bin Laden.
Hay tribus humanas más belicosas que otras, aunque ninguna se haya distinguido por su ardor guerrero a favor de la paz. El sueño kantiano de su reinado perpetuo se ha desvanecido entre la humareda de Hiroshima. Hace falta conocer muy mal ser humano para esperar algo de nosotros. Ahora se nos ha roto el saco de la avaricia, pero hay que reconocer que la arpillera ha sido de muy baja calidad.