Eloy Moreno se considera un «hombre orquesta» de la literatura:: R.C.
a quemarropa / eloy moreno Autor de 'El bolígrafo de gel vede'

«Firmando en la Feria del Libro me temblaban las piernas»

El último ‘best seller’ español es informático y funcionario del Ayuntamiento de Castellón. Vendía su novela de librería en librería hasta que llegó la editorial Espasa

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– Supongo que ya llevará siempre un bolígrafo verde encima...

– Siempre llevo un boli en el bolsillo para dedicar el libro (risas).

– ¿Le dejan firmar los papeles oficiales en verde?

– Sí que los firmo. De hecho, el contrato con Espasa lo firmé en verde (risas). Me aproveché.

– Menuda historia con final feliz, ¿ha vendido ya los derechos de su vida?

– De momento no, pero la historia que hay detrás de la novela ha sido un sueño. Es curioso que empieces a autoeditarte tu libro, recorras todas las librerías cercanas y al final estés en toda España porque te la publica Espasa.

– Ha sido un hombre orquesta.

– Sí, el hombre orquesta de la literatura, como me han dicho. Prácticamente lo he hecho todo.

– Era como el vendedor de enciclopedias del siglo XXI...

– Más o menos. En vez de ir puerta en puerta, iba de librería en librería (risas).

– ¿Cuántas veces le han llamado pesado?

– Alguna vez que otra porque estuve ocho meses de tienda en tienda.

– ¿Tiene más cara que espalda?

– A veces sí, porque si no le echas cara al asunto... Soy más de esos que dicen que más vale pedir perdón que permiso.

– ¿Tenía ensayada la cara de pena para que compraran su libro?

– Un poquito sí. Hay que hacerlo porque la gente no te conoce.

– ¿Fue así de insistente con su mujer?

– No, eso fue de otra forma (risas).

– ¿Liga ahora más por ser un escritor de ‘best-seller’?

– ¡Qué va! Lo que ahora tengo es más contacto con más gente porque me conocen.

– Pero sí se puede fardar diciendo que ha vendido casi 60.000 libros...

– Algo sí fardo. Sobre todo cuando llegas a un sitio y dices eso de ‘He venido a hablar de mi libro’. Es una frase que me encanta decir para dar un toque cómico a las presentaciones. Pero yo no he cambiado nada.

– Su novela dice que nuestra vida discurre en unos 400 metros. Me suena casi a ‘Gran Hermano’. ¿Participaría en él?

– Jamás. La tele prácticamente ni la veo. Es un mueble más.

– Empieza hablando de cartas, ¿usted va de farol?

– Nunca me gusta ir de farol. Una de las cosas que más me molestan son las mentiras. Creía que mi novela valía la pena, si no no hubiese movido nada.

– ¿Le habían leído las cartas para augurarle su éxito?

– Jamás me han echado las cartas. Soy muy matemático, muy de ciencia y no creo en esas cosas.

– ¿Entre Bill Gates y Ken Follet con quién se queda?

– Uff, difícil. Con Bill Gates porque supo introducir la informática a nivel de usuario.

– Un informático metido a escritor. ¡Menuda cara le pondrán!

– (Risas). ¡Pero no es incompatible! Estoy todo el día entre números y bytes y la escritura es una vía de escape.

– Encima con plaza fija en el Ayuntamiento de Castellón. ¿Dejará el trabajo?

– ¡Qué va! ¡Con lo que me costó ya no lo dejo! Además, es casi imposible vivir de la literatura.

– ¿Le han dado un plus por decir que trabaja en el Consistorio? Al menos le pondrán una calle...

– ¡Ojalá! Eso siempre es bonito. Es mejor dedicar calles a gente viva que a gente que ha muerto.

– Como Zapatero sepa de su pluriempleo...

– No creo que pase nada. Escribo en horas fuera de trabajo (risas).

– ¿Qué le han dicho en Planeta tras afirmar que algunos de sus premios eran una porquería?

– Fueron tres que leí seguidos y dije que no me gustaron. Es una opinión más al igual que cuando hablan de mi libro. Una novela no puede gustar a todos.

– Dando tanta caña a los premios literarios supongo que no se presentará al Planeta...

– De momento no. Ni al Planeta ni a ningún otro importante (risas).

– ¿Cuándo fue la última vez que le temblaron las piernas?

– Buff. Cuando fui a la Feria del Libro de Madrid y me vi firmando con gente muy famosa.

A la de tres

1– ¿Cuándo fue la última vez que...?

– volví a una librería a vender un libro? Hace poquito, porque vi a una pareja hojeando mi libro y no me pude contener.

2– ¿Cuál ha sido el último capricho que se ha dado?

– Si me doy alguno prontito será un viaje.

3– ¿Cuánto le debe al banco?– La hipoteca de la casa.