El príncipe Jarra
GENTE Enrique de Inglaterra se bebe Mallorca, mientras doña Letizia y la infanta Cristina se van juntas a una exposición
Actualizado:Tenemos a Enrique de Inglaterra en Mallorca. Por lo visto no había suficientes hijos de la Gran Bretaña y han enviado refuerzos. Harry de momento no ha dado la nota. Es más, los paparazzi juran que esta vez está de perfil bajo. Eso dicen (no sé si para esquivar a la competencia). Unos lo sitúan en una finca del interior de la isla. Otros, en una cala. Le va más lo segundo. Mallorca por dentro es demasiado exquisita, toscana y viscontiana como para agradar a un recio paladar como el de Harry. Podría brotarle una reacción alérgica por exceso de belleza; ser víctima del síndrome de Stendhal. En cualquier caso, uno lleva su paraíso o su infierno allá donde va. Y Enrique carga con su sed de juerga. No es una metáfora. El príncipe Harry es en realidad el príncipe Jarra. De cerveza, de naranjada, da igual. Lo suyo es el formato litrona. Nada más llegar ya le han retratado portando tremendo envase repleto de un líquido desconocido, opaco y amarillento. ¿Un cóctel exótico? Tal vez un destornillador (taladro, por el tamaño). Al ver de esa guisa a Harry, por su bien, daban ganas de cantarle con música de mariachi: 'Guarda-la-jarra, guarda-la-jarraaaaa... Guarda-la-jarra, guarda-la-jarraaaa...'
Enrique ya es por sí mismo una atracción mallorquina, junto con Marineland, la Copa del Rey Audi Mapfre, la ensaimada y las tortugas de Cabrera. Esas criaturitas marinas dan mucho juego a las autoridades. Pocas cosas hay que levanten tanta unanimidad y tan pocas suspicacias como un posado junto a unos seres tan indefensos. Ayer, Bauzá, el nuevo presidente balear, se dejó fotografíar devolviendo al mar tres tortugas bobas. Ellas, bien por tortugas bien por bobas, se dejaron hacer. ¡Quién tuviera un electorado semejante!, debió de pensar el político. Pero pronto esa tierna noticia quedó eclipsada por otra más sorprendente. La infanta Cristina y la princesa Letizia caminaban juntas a ver una exposición fotográfica, en pleno centro de Palma. Juntas he dicho. Cristina y Letizia, las cuñadas que no se llevan bien, según algunos. Iba con ellas María Zurita, la prima.
No voy a hacer otra vez el chistecito sobre la prima de riesgo, por más que se necesite ser arriesgada para acompañar (hablo ahora en general) a dos cuñadas presuntamente a la greña. Ahora vendrán las interpretaciones. Que si ha sido una maniobra para acallar rumores, que si entra dentro del 'programa oficial' de actividades de la familia real para promocionar la isla, que si ambas cosas a la vez. Lo único de verdad real es que la familia real acudió ayer por la noche en pleno (reyes, príncipes, duques de Palma e infanta Elena) a la cena organizada en el Club Náutico con motivo del trigésimo aniversario de la Copa del Rey de vela. Y que el patrón, o sea el rey, quiso que todos los hombres fueran en mangas de camisa, que es tela más marinera.