Sal al balcón
Actualizado: GuardarDice Enrique Linera, impulsor de la promotora Desde Cero que es la que se encarga de que cada martes salgan a los balcones gaditanos algunos de los más preclaros representantes de ese bien inmaterial que es el flamenco para demostrar al mundo que no sólo de música alternativa ni de Castillo de Santa Catalina vive el gaditano, dice –repito- que para el año que viene, para el Doce, es muy probable que el programa Flamenco en los Balcones «sea uno de los programas exponenciales del Bicentenario». Va la cosa cortita, parece. Porque de lo que nos tenían prometido a lo que parece prometer esto, media algo así como un abismo.
Y eso que el programa, junto con el de Teatro en los fosos –o como se llame- me parecen dos de las mejores iniciativas del verano en Cádiz, que tienen su público fiel –hay gente pa to, que decía el Gallo- y que hasta levantan pasiones. Pero la pasión no ha de negarnos el conocimiento y el reconocimiento de que ambas propuestas están bien para una ciudad de provincia mediana, con bajo presupuesto y eso. De ahí a pretender que esta especie de gala de fin de curso se convierta en uno de los platos fuertes del Bicentenario hay un camino –corto, porque queda nada y menos-, pero camino y nos queda otro remedio que llegar hasta final, utilizando cualquier atajo. Ahí es donde nos seguimos equivocando. Porque lo mismo de eso se trata, no de rellenar el calendario con lo que sea, sino de abrir los balcones, pero no para cantar sino para que se aireen las habitaciones, y las ideas, que llevamos demasiado tiempo encerrados en nuestra propia autocomplacencia.