José Carlos Cotorruelos

Espero que en el Trofeo Carranza se le rinda el homenaje que se merece al jugador que más veces ha vestido la camiseta del Cádiz a lo largo de su historia; aunque viendo como ha sido nuestro centenario y que el Cádiz en materia de protocolo tiene menos detalles que un Seat Panda, me temo lo peor. A todos esos ultras cadistas que se rajan las vestiduras porque el Cádiz no puede desaparecer, ya que se tirarían por la borda cien años, espero que también protesten si no se le da ese merecido homenaje a Rául López. Nunca ha sido un prodigio de técnica, aunque el gol que le metió al Racing de Santander en Primera lo firmase cualquier lateral brasileño. Pero a garra y a amor propio no le han ganado nunca. Sus inicios en el Cádiz de Segunda B fueron espectaculares. Todos nos quedamos alucinados con ese lateral zurdo con un poco de melena que ponía la línea en su lateral y no entraba nadie, y que acumulaba innumerabels expulsiones por entradas a destiempo. Pero el carrilero de su banda lo sabía y memorizaba: con Raúl López nada de florituras.

Con el tiempo se serenó y se convirtió en el alma del equipo y en su eterno capitán, dando muchas tardes de gloria a su equipo y demostrando que los cadistas nacen donde quieren, incluso en Jerez de la Frontera. Pero el fútlbol es injusto y no entiende de sentimientos y los nuevos directores deportivos de la entidad le han dicho que no cuentan con él. Muchos pensamos que por lo menos tiene otro año, pero, en fin, lo importante es que se va una leyenda viva del equipo que ha jugado con él en todas sus categorías, y que esa despedida no se puede zanjar con una plaquita y un saque de honor. El Cádiz como institución y el cadismo le deben algo más. Muchos como Raúl López quiero yo en mi equipo, con esa garra, ese corazón y ese amor propio. Con jugadores como él se fundamentan los equipos y no con otros de muy poco corazón y que se lo han llevado calentito sin aportar nada al club. Hasta siempre Rául López. El cadismo no te olvidará.