Elecciones generales

El PSOE prejubila a Zapatero

Tomás Gómez se queda solo al denunciar que el líder de la formación únicamente puede salir de un congreso Los socialistas aceptan sin reparos la autoproclamación de Rubalcaba

MADRID. Actualizado: Guardar
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Fue proclamado candidato del PSOE en un sucedáneo de elecciones primarias y, con las mismas, Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido ascendido a líder del partido. Tan solo el jefe de filas de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, elevó ayer su voz en contra de que alguien pueda llevar un título hasta ahora reservado para el secretario general sin seguir más procedimiento interno que la vía de los hechos consumados. Lo demás fue todo aceptación, silenciosa o explícita.

En el PSOE hay, por supuesto, quien encuentra un tanto chirriante que Rubalcaba se arrogue la condición de líder por las bravas. Pero en la práctica, no se ha topado con ningún obstáculo. En parte porque el partido tiene claro que es momento para la unidad sin fisuras y en parte porque existe la presunción, y en algunos casos la certeza, de que el exvicepresidente del Gobierno ha contado con la aquiescencia de José Luis Rodríguez Zapatero en este nuevo paso al frente.

Es probable que no haya un solo dirigente político que haya repetido más que Rubalcaba lo importante que es para él respetar «los tiempos y las formas». Lo hizo, por última vez, el pasado viernes, después de que José Luis Rodríguez Zapatero anunciara que habrá elecciones anticipadas el 20 de noviembre, es decir, dos días antes de volver a repetir en una entrevista en RNE eso de «ahora el líder soy yo». Pero ahora la prioridad para los socialistas es darle todo el protagonismo y acabar con cualquier atisbo de bicefalia.

El presidente de la Junta de Andalucía y líder de los socialistas andaluces, José Antonio Griñán, alegó que si ahora no se ha celebrado un congreso para elegir a Rubalcaba es sólo porque el momento no es propicio pero que «todo el mundo sabe que sería secretario general» y el presidente del Congreso, José Bono, también en la Cadena Ser, sentenció que dudar de que ahora el «jefe» del PSOE es Rubalcaba es como dudar de que Benedicto XVI sea el papa. «Es como si alguien dijera: ¿Y Juan Pablo II?», ironizó.

Muerte política

Bono no tuvo pues reparos en decretar la muerte política de Zapatero, pero no todos en el PSOE van tan lejos. A la pregunta de si el liderazgo de Rubalcaba convierte de facto al jefe del Ejecutivo en un militante más, el número dos del comité electoral, Antonio Hernando, replicó que sigue siendo presidente del Gobierno y secretario general, pero ratificó que el candidato debe ser considerado el líder de los socialistas porque «ha sido elegido para desempeñar la función más importante que puede asumir un socialista, que es aspirar a l presidencia del Gobierno».

Únicamente Tomás Gómez se preocupó de recordar que en la cultura del PSOE el máximo dirigente es siempre el secretario general «en tanto que lo hay». «Tenemos una forma de hacer las cosas y unos procedimientos internos que aprobamos en nuestros congresos; nos debemos a nuestros reglamentos», reclamó. Eso no quita para que ensalzara la figura de Rubalcaba, con quien tuvo un duro enfrentamiento a cuenta de las primarias de Madrid, y lo definiera como el «referente» del partido de cara a las próximas generales.

La ministra de Sanidad y ex secretaria de Organización, Leire Pajín, optó por despejar el balón y aferrarse a la respuesta ambigua. «Lo importante no es lo que Rubalcaba es hoy, que es indiscutible, sino lo que va a ser dentro de unos meses, que es presidente del Gobierno». Pero aunque fuentes socialistas aseguran que hay algún otro líder territorial, aparte de Gómez, que ve con recelo la autoproclamación del veterano dirigente, nadie más quiso hacerlo evidente.

En la dirección socialista insisten en que el asunto no ha levantado ninguna ampolla de calado porque la estrategia está perfectamente «acordada». Y porque Rubalcaba ha dejado claro que habla de un liderazgo en el momento presente que no prejuzga nada de lo que pueda ocurrir después del los comicios. De hecho, él nunca ha aclarado si llegada la hora va a estar dispuesto a optar por la secretaría general del PSOE en el 38 Congreso federal.

Zapatero, que de forma algo furtiva se empeñó en la designación de Rubalcaba como candidato, guarda ahora silencio. Ayer renunció a la rueda de prensa habitual tras el despacho con el rey en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca.