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Jenson Button, feliz, tras ganar el Gran Premio de Hungría. :: VALDRIN XHEMAJ / EFE
Deportes/Motor

La fiesta, en Hawai

El británico se va a la isla del Pacífico con la modelo japonesa Michibata para celebrar su triunfo en Hungría

E. YUNTA
BUDAPEST.Actualizado:

El triunfo de Canadá lo celebró en Las Vegas y del gran premio de Hungría se va derecho a Hawai, risueño y encantado con la compañía porque va cogido de la mano, de la modelo japonesa, la angelical Jessica Michibata. Jenson Button triunfa en las carreras sin sentido y su box regala siempre las imágenes más divertidas, con su padre envuelto en una gigantesca bandera británico mientras besa a su nuera con una complicidad inusual. Suegro y novia se entienden, algo que no siempre es común. Con Button nada es común.

También en Hungría ganó en 2006 saliendo desde la cola del pelotón, en la posición número 14, constante en el diluvio universal como lo fue ayer en un asfalto imprevisible. También en Australia y China, curso 2010, dominó en el caos. También en Canadá este año. Button tiene un imán y ni siquiera él sabe cómo explicarlo: «Tengo suerte en esas condiciones», explica entre la risotada de la sala de prensa, agitada y revoltosa siempre que el mejor es un británico.

Button es un piloto querido en el pelotón, consagrado con un Mundial que le regaló la astucia de Brawn con aquel bólido blanco inalcanzable. Ocurrió en 2009 y le abrió las puertas de McLaren, en donde le adoran porque exprime su imagen con gracia y soltura. Compite con Lewis Hamilton, niño mimado de la escudería alemana, y no acostumbra a generar críticas en este mundo de egos y puñales. En Hungaroring cumplía su carrera 200. Cifra redonda, resultado perfecto: «Ha sido genial. Creo que voy a disfrutar esta noche».

Como casi siempre en Budapest, sibarita y con buen paladar, dos veces consumidor del excelente menú que sirven en el Nobu y un maestro en la gestión de los palillos. Cena de tertulia con Michibata y su papá, el entrañable John, un señor campechano que hace fotos a su chaval mientras se calienta la parrilla y afloran los nervios en los pilotos. Button casi siempre parece tranquilo.

El líder a 100 puntos

Anda lejos en el grupo perseguidor, a 100 puntos de Vettel, un mundo de distancia entre el maillot amarillo y su coche porque en Silverstone y Nurburgring hizo dos ceros dinamitadores. Con todo, no se rinde, pero admite las dificultades.

Se va a Hawai porque tiene una boda, pero de paso disfrutará de las playas y proporcionará fotos de revista con su chica. Ahí, en la isla del paraíso, Button se preparará también físicamente porque insiste con los triatlones y tiene en mente competir cuando deje el volante en el Ironman de Kona, la competición más prestigiosa de la brutal disciplina que se reparte en 3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y los 42.195 metros del maratón. Michibata, sin que tenga tanta resistencia, acostumbra a acompañarle en sus sesiones.

El sábado, la noche antes de la carrera, un pirata informático adulteró su página web y le dio por gravemente herido después de un supuesto accidente por las calles de Budapest. En su renacer se va de fiesta a Hawai.