PALABRAS VACÍAS

El Kun se marcha de España. Lo hace por la puerta de atrás, pues en un mes ha tirado por la borda todo el brillo que sacó a su imagen en cinco años maravillosos. La traición cometida será muy difícil de borrar, necesitará muchos goles para que en este país el aficionado se olvide de esas palabras desgarradoras, de esa sonrisa hiriente cuando se le mencionaba el Madrid, de ese comportamiento que desde el otro lado del charco ha dejado tanto que desear.

Ahora se despide de los atléticos de forma cobarde, en una entrevista en su web personal (sin un periodista que de verdad le ponga contra las cuerdas), y sin dar la cara. Más que pedir disculpas se ampara en una retahíla de excusas que no se cree nadie. Asegura que en el Atlético faltaron a un compromiso dado meses atrás, pero quién mejor que él sabe el escaso valor de las palabras en este rastrero mundo del fútbol. «Yo no voy al Madrid ni pedo (borracho)», se atrevió a decir en una de esas declaraciones que te hacen ganar el amor eterno de tu afición. La ecuación es sencilla. Si años después opinas lo contrario, ese amor revierte en odio, pues son dos sentimientos íntimamente ligados.

Se marcha el 'Kun', dejando herido de muerte a un club que se ha desprendido de la etiqueta de grande para pelear por meterse en el ilustre pelotón de los 'segundones'. Porque esta sociedad es especialista en dilapidar el enorme caudal que genera, y sin duda tardará en recuperarse de la afrenta cometida por su antaño niño querido. Todos aguardamos expectantes a ver cómo (mal)gastan los 45 kilos recién ingresados en su cuenta.

Y si en el Atlético se tirán de los pelos, sus vecinos merengones también lamentan la fallida llegada de un hombre capaz de cambiar la tendencia. El argentino era la guinda al megaproyecto de 'Floren', que mira como su archienemigo se refuerzo con Alexis, deslumbra con Thiago, y espera a Cesc Fàbregas. A ver cuál de los dos equipos lo echa mas de menos. El que fue, o el que pudo ser.