somos doscientos mil

El Poder del 'Feisbu'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Apocas horas de iniciar mis tradicionales vacaciones veraniegas, estaba enfrentado al teclado del ordenador dando forma a esta columna del último domingo del mes de julio -pensando en mi ciudad, sus problemas económicos, su paro, su idiosincrasia-, cuando, repentinamente, decido centrarme en una hermosa experiencia que estoy viviendo en primera persona desde el pasado jueves.

Ese día, a través de la red social llamada Facebook, un conocido creó un grupo denominado «Cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo». Y miren por dónde, aquello que supongo comenzó como algo para matar el aburrimiento por parte de quien se encontraba de vacaciones, en pocas horas se fue convirtiendo en todo un fenómeno que permite dar una idea de hasta dónde pueden llegar las redes sociales.

A eso de las 8 de la tarde del mismo jueves la página registraba más de 600 entradas, todas ellas con recuerdos de nuestra ciudad que, evidentemente, se han perdido con el tiempo. A medianoche éramos más de 400 los miembros que formábamos el grupo y entre todos aglutinábamos más de 1.100 recuerdos de nuestra ciudad. Ayer sábado, que es cuando cierro la columna por la imperiosa necesidad de enviarla a LA VOZ para que entre en la imprenta de la edición de este domingo, la indicada página registra casi 2.000 miembros, que sumamos en torno a 4.000 entradas más sus correspondientes comentarios, y la cosa sigue imparable.

Algunos de los recuerdos que se han ido anotando son producto de una tremenda nostalgia. Otros son más divertidos. Incluso algunos presentan cierta sorna e ironía por parte de sus autores. Sin embargo, en el fondo todos transmiten la sensación de que Jerez es una ciudad única, sumida actualmente en una terrible crisis en todos sus valores, pero con unos ciudadanos a los que por poco que se nos pinche, estamos inmediatamente dispuestos para poner de nuestra parte lo necesario para que Jerez recupere ese perdido prestigio.

Para que se hagan una idea de por dónde han ido caminando los tiros en esta iniciativa a camino entre la nostalgia y la reivindicación, la memoria de los jerezanos recuerda que en Jerez se han perdido con el tiempo comercios tan importantes como: Simago, Eco Jerez, juguetería Álvarez (el paraíso de los niños), o la inolvidable tienda Taiwán en la «honolable» calle Medina, aquella que vendía «balato, balato».

También hemos perdido mucha infraestructura del ocio (eso quizás explicaría tanto botellón), discotecas (Only Night. Tip-top, Landó...), pubs (Almenilla, Los Palcos…), bailes de todo tipo, (Institutos, Colegios, verbenas), cines estables (Luz Lealas, Delicias, Jerezano, Riba), cines de verano (Terraza Tempul, Barceló, San Agustín, Astoria…) e, incluso bares, pues han sido recurrentes las entradas que rememoran la legendaria ensaladilla que servía el bar Loyola.

Otros jerezanos se han inclinado por personajes populares de Jerez, desde la Toto, pasando por el cojo del semáforo, sin olvidar míticos como ‘El Varilla’, ‘Manolito Mesa’, el ‘Peñita’, los inigualables ‘Matasiete’, el gran vendedor de la Once de toda la vida: ‘Sibaja’ quien conducía la Vespa de pie, o aquel señor que se apostaba en el semáforo de Cuatro Caminos y se acercaba al coche diciendo «un durito, un durito» y ante nuestra negativa, cambiaba la cantinela por «usted fuma, usted fuma»…

Otro sector no olvida la importantísima infraestructura estatal que había en la ciudad: los cuarteles (Artillería, Infantería, la Base Aérea y el Rancho de la Bola), o el Banco de España ubicado precisamente en la plaza del Banco.

Unos más han ido a la autentica nostalgia, recordando que se han perdido cosas como aparcar o circular por la calle Larga, el mítico Hotel Los Cisnes, o los diferentes kioscos de chucherías, todos ellos gobernados por personas entrañables (María en la calle Porvera, Miguel en la plaza San Andrés...).

Incluso algunos han rayado la ironía más reciente, recordando que en Jerez se ha perdido también la mayoría del Psoe, la propia Pilar Sánchez, o el Pendón de nuestra ciudad de incierto destino.

Les recomiendo encarecidamente que echen un vistazo a la indicada página para lo que deberán acceder a Facebook y buscar «Cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo». Les aseguro que aparte de pasar un buen rato, les volverá a la mente ese pasado reciente de nuestra ciudad que, queramos o no, aún sigue vivo. ¡Feliz verano!