'November nine', el sueño del espectáculo americano

El pasado 20 de julio se conocían los nueve finalistas del evento principal de las 'World Series of Poker'. Para los no iniciados en el mundo del naipe viene a ser el equivalente al mundial de futbol en forma de torneo de póquer. La similitud es válida ya que para un jugador no existe torneo más importante que disputar, situación idéntica a la de un futbolista con el mundial.

6.865 valientes desembolsaron los 10.000 dólares que supone la inscripción para dilucidar quién se embolsará más de 8 millones, se asegurará la gloria y la eternidad en el gremio y será el nuevo campeón de campeones. Y digo será porque todavía no se conoce al ganador. Desde hace tres años los organizadores del evento decidieron que el torneo se jugase hasta que quedara una sola mesa, parar y reanudar en noviembre con los nueve finalistas, conocidos como 'November nine'.

Se tiende a criticar a los americanos por su exacerbado sentido del espectáculo, cuando en realidad son auténticos genios en crear de la nada montañas de dinero. Ejemplos como el de Las Vegas lo prueban. ¿Qué país es capaz de convertir un desierto en el mayor lugar de juego y ocio del mundo? Obviamente solo se me ocurre pensar en Estados Unidos. En España lleva parado un proyecto de un mini-Las Vegas en Aragón más de cuatro años. Los inversores están dispuestos a poner el dinero, se prevé que será un éxito de afluencia de público pero el problema burocrático de siempre en España. Gobierno, comunidad autónoma, diputaciones provinciales, ayuntamientos.....todos se quieren llevar parte del pastel. Y así es imposible.

Con respecto al 'November nine' hay que volver a quitarse el sombrero con los ‘yankees’. La jugada maestra de Harrah´s, empresa organizadora del torneo, ha supuesto una inyección económica bestial.

La medida ha supuesto que los medios de comunicación tienen 4 meses para mostrar nueve campeones del mundo potenciales, algo que beneficia tanto al medio como al jugador, que durante ese tiempo consigue patrocinios, fama y prestigio. En relación a las televisiones, desde que se implantó el parón hasta noviembre, la audiencia ha aumentado de manera considerable y la expectación es mucho mayor ya que se conoce mucho más la historia y las características de los nueve finalistas.

En definitiva, Estados Unidos vuelve a demostrar que su visión del negocio es muy distinta, y por distinta quiero decir mejor, que las de los demás países occidentales.