Ciudadanos

Con el cronómetro en la mano y los cajones llenos de sorpresas

LA VOZ pasa un día entero con el presidente de la institución provincial y alcalde de San Fernando

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¿Cómo se vive compatibilizando tres cargos que requieren una dedicación casi exclusiva? ¿Cómo controla uno la marcha de una ciudad mientras se atienden las necesidades de otras que está a decenas de kilómetros de distancia? ¿Cómo se consigue salir en todas las fotos sin descuidar a la familia que espera en casa? Parecen capacidades propias del milagroso Padre Pío, famoso por poseer el don de la ubicuidad.

José Loaiza no ha desarrollado esta habilidad sobrenatural, pero hace lo que puede. LA VOZ pasó un día entero con el dirigente popular el pasado martes, una jornada en la que tuvo que hacer frente a sus responsabilidades como presidente de la Diputación de Cádiz, alcalde de San Fernando y presidente provincial del PP.

Son las 08.30 horas y esperamos a que el 'Loaiza-alcalde' llegue al Ayuntamiento. Es la hora habitual en la que comienza a trabajar. Estamos pendientes de los coches para ver en cuál llega, pero no. El 'Loaiza-alcalde' va al trabajo andando. Se retrasa unos minutos. «Es que la gente lo para por todas partes», nos comenta su jefe de gabinete. Enchaquetado, con un maletín en una mano y con el teléfono móvil en la otra. Es temprano, pero parece que ya despacha un asunto importante, al menos eso denota su gesto tenso.

Por fin entra en el Ayuntamiento de San Fernando, el provisional mientras no se rehabilita el de toda la vida. Va saludando a los empleados con los que se cruza por el pasillo, pero no se detiene, va directo a su despacho. Se sienta y de inmediato le llenan la mesa con los periódicos del día y con una carpeta repleta de documentación para revisar y firmar. «Esto es lo que hago todos los días a primera hora. Dedico de treinta minutos a una hora a la firma de papeleo, dependiendo de lo que haya pendiente», explica.

José Loaiza repasa su agenda con nosotros, reconoce que es un día especialmente cargado de actos. Tendrá que ejercer de 'Loaiza-alcalde' y de 'Loaiza-presidente' de forma permanente. Sabe que la intensidad de su agenda irá bajando a medida que pasen los meses y todo se vaya colocando en su sitio. «Ahora mismo tengo que repartir mi tiempo todos los días porque todavía se están organizando tanto el Ayuntamiento como la Diputación, pero más adelante la Diputación se moverá mucho más a través del teléfono y a través de visitas por toda la provincia», dice.

Para que esto sea posible tanto el 'Loaiza-alcalde' como el 'Loaiza-presidente' se ha rodeado de un equipo de su absoluta confianza. Lo deja claro: «Yo trabajo en equipo. El partido no es solo una persona. Lo importante no es que yo esté en todas partes, sino que el trabajo esté coordinado y el personal sepa lo que tiene que hacer. Tengo un buen equipo en San Fernando y también en Diputación, que a pesar de ser nuevo en el gobierno tiene mucho experiencia en gobiernos municipales».

Deja un momento la carpeta con la documentación, se centra en la conversación. Reconoce que estos primeros días de gobierno están siendo duros, «cuesta poner la máquina en marcha y adaptarse». Desde que fue investido como presidente de la Diputación dice haber estado más centrado en la institución provincial, pero «a partir de septiembre estaré más tranquilo porque ya va a estar todo más organizado». De momento, dice que ni los fines de semana está tranquilo, es lo que tienen los superpolíticos. Menos mal que igual que Batman tiene a Robin para guardarle las espaldas, él también tiene ayudantes que le ayudan a organizar el trabajo. El 'Loaiza-alcalde' tiene a Jesús Perulero, el 'Loaiza-presidente' cuenta con Daniel Barea, y el 'Loaiza-popular' tiene velando armas en la calle Cánovas del Castillo a Noelia Santos. Eso sí, «al final el que decido soy yo», asegura.

Agenda

Se le echa el tiempo encima y nos emplaza a más tarde. Tiene que terminar de firmar papeles y de revisar la agenda. Y justo después, a las 10.00 horas, se ve las caras en la junta de portavoces con los líderes de los partidos de la oposición. Preparaban el pleno del viernes pasado, en el que por cierto, estrenaron ubicación en la Casa de la Cultura.

El trabajo del 'Loaiza-alcalde' continúa con una visita a las obras del Molino de Mareas de Zaporito. Los compañeros de la prensa local esperan su llegada. «Hasta ahora lo hemos visto poco», comentan. Y llega en su coche oficial. Saluda a los trabajadores, que le explican como van los trabajos. Luego atiende a los periodistas. Demuestra que sabe de lo que habla y sobre todo, da la impresión de que tiene mucho interés en dejar claro que es de La Isla. «Los que tenemos cierta edad recordamos cómo los barcos entraban hasta aquí».

Se vuelve a montar en el coche y es ahí donde se produce el cambio. El 'Loaiza-alcalde' deja paso al 'Loaiza-presidente', que antes de la hora prevista, las 13.30 horas, entra por la puerta del Ayuntamiento de Vejer. Lo recibe el nuevo alcalde, también del Partido Popular. Se nota el cambio de estatus, la comitiva lo delata.

El 'Loaiza-presidente' no se afloja la corbata y todavía, antes de almorzar, tiene tiempo de pasarse por la Diputación en Cádiz y despachar unos asuntos urgentes. Entra en su despacho se encierra unos minutos, como el que recibe una visita inesperada y quiere ordenar el salón antes de que entre. Por fin nos invita a pasar. Se ve que aún no ha hecho suyo el espacio. «¿Dónde nos sentamos?», nos pregunta. No hay nada que delate que la estancia le pertenece. «Es que esto es de los gaditanos. Estos sitios no son personales, nunca he cambiado nada cuando he llegado a un despacho nuevo. Está exactamente igual que me lo encontré», dice.

Ahora sí, se relaja unos minutos, aunque advierte que tiene poco tiempo porque aún debe hacer frente a un compromiso. Hablamos de la nueva organización de la Diputación, de la desaparición de los organismos autónomos, de la suspensión del proceso de consolidación de empleo. No quiere dar más pistas de la cuenta. Quienes han trabajado con él dicen que su formación militar le ha ayudado a forjarse un carácter absolutamente disciplinado. Para informar de todo ello nos emplaza al pleno de organización que por fin se va a celebrar a final de la semana que viene. Lo que sí aclara es que «no vamos a gobernar igual que el PSOE. Ni las empresas ni el acceso a la Diputación van a tener nada de oscuros. Al Partido Socialista le gustaba tener entes autónomos para hacer cosas raras».

En su discurso de investidura incidió mucho en la necesidad de crear empleo y anunció la convocatoria del Consejo Económico y Social de la Provincia para analizar la situación actual y estudiar estrategias . Nos dice que ya tiene fecha prevista para la reunión, será en septiembre, «para empezar el curso».

Hablamos después de economía. El relax decae. «Vamos a ahorrar en todos los aspectos», comenta. Lo va a hacer también en el número de asesores. «¿Cuántos tenía el PSOE, dieciséis?», le preguntamos. «No, diecisiete», nos corrige. Se niega a dar un número y aclara que el dinero que le sobre a su grupo para hacer frente a este tipo de gastos, que ya está aprobado presupuestariamente, «lo gastaremos en otras materias». «Y usted, ¿ya ha decidido de dónde va a cobrar?». No le gusta la pregunta, pero lo aclara. «De la Diputación. Hay gente a la que le gusta hacer demagogia diciendo que uno cobra de varios sitios a la vez cuando es algo que la ley no permite».

Otra pregunta incómoda. Antes de contestar busca con la mirada a su asesor. «¿Se ha encontrado alguna sorpresa al abrir los cajones?». Sonríe y dice: «Sorpresas siempre hay, las iremos haciendo públicas poco a poco. Ahora nos estamos informando y se van a denunciar. Haremos lo que sea necesario, si hay irregularidades las denunciaremos ante los tribunales».

Mira el reloj, para el 'Loaiza-presidente' el tiempo es oro. Salimos del despacho y él sale poco después. El coche le espera en la puerta. Desde que empezó a compatibilizar sus nuevos cargos ha comido muchos días «de bocadillo», pero es el santo de su mujer y quiere pasar por casa. Reconoce que no es fácil conciliar la vida laboral con la familiar. «Este año no hay vacaciones. A mí no me pesa, pero a mi familia sí. Por lo menos tenemos la suerte de vivir en Cádiz, con la playa cerca y la posibilidad de salir a tomarnos una cerveza y una tapa».

Una vez que sale de casa vuelve el 'Loaiza-alcalde'. La mayor parte de la tarde la dedica al trabajo interno. Se reúne con su grupo municipal a las 17.00 horas. Casi tres horas después sale del Ayuntamiento, ya definitivamente, pero antes de terminar la jornada se reúne con el Club de Baloncesto local, el Cimbis, que juega en la élite del deporte español.

Antes de desconectar, deja espacio para que salga el 'Loaiza-popular'. Es habitual que lo haga, no puede dejar de lado sus compromisos como presidente provincial del partido. Él mismo dice que cubre bien esta faceta porque muchas de las actividades del partido coinciden con las de la Diputación. «Eso no lo ve la gente, pero gran parte del trabajo que hacemos en el partido lo desarrollamos por la noches y los fines de semana», explica.

El cansancio ya hace mella en él, y termina el día con una reflexión sobre el futuro. «Tengo claro que todo empieza y todo termina. Ahora mismo estoy inmerso en sacar el Ayuntamiento para delante y en conseguir que la Diputación trabaje de otra manera». Respecto a la presidencia del partido dice que «cuando llegue el congreso hablaremos y decidiremos si sigo o no».