Los rebeldes libios no levantan cabeza
La muerte del jefe de sus fuerzas armadas, a cargo de Gadafi, de sus compañeros o de un líder rival, acrecienta el desconcierto opositor
Actualizado:¿Quién mató a Abdul Fatá Younes? Es una pregunta que de momento tiene tantas respuestas como facciones componen la parte rebelde de Libia. El anuncio de la muerte del jefe de las fuerzas armadas revolucionarias ha sacudido a la ya de por sí frágil estructura del Consejo Nacional Transitorio (CNT), cuyo máximo representante, Mustafá Abdul Jalil, defiende con gesto contrito que Younes murió «en una emboscada de pistoleros de Gadafi». Una explicación lógica, ya que Trípoli había ofrecido una recompensa multimillonaria por su cabeza, pero que no convence a todos debido a los extraños hechos que rodearon la muerte.
Los miembros de la tribu Obeidi del que fue ministro de Interior de Gadafi y hombre fiel al dictador acusan al propio CNT de asesinar a su líder tribal.
El tercer grupo en discordia es el de los seguidores de Jalifa Hifter, antiguo general del Ejército libio y héroe de la guerra de Chad que, tras décadas en el exilio dirigiendo la oposición al régimen, regresó a Bengasi en febrero y desde entonces, ha permanecido en un segundo plano en el mando militar de la revuelta frente a Younes, aunque se trata de una persona mucho más popular para los rebeldes.
Younes se encontraba la mañana del jueves en su puesto de mando en el frente este cuando recibió la visita de agentes de la seguridad enviados por el CNT, que le ordenaron regresar a Bengasi, capital rebelde al este del país, para responder a unas preguntas sobre «la campaña militar», según el líder del consejo. La cadena Al-Yasira, citando fuentes anónimas del mismo órgano, aseguró sin embargo que en realidad el interrogatorio iba a versar sobre la presunta vinculación de algunos de los familiares del general con el régimen de Trípoli. Según el testimonio de Abdul Jalil, Younes nunca llegó a su destino y fue víctima de una emboscada, aunque otras fuentes aseguran que el encuentro se produjo y la muerte tuvo lugar después del mismo.
Tras unas primeras horas en las que se dijo que no aparecían los cuerpos -Younes falleció junto a otros dos oficiales-, en la mañana del viernes tres ataúdes recibieron los honores del pueblo en la rebautizada plaza Tahrir de Bengasi, frente al puerto, el epicentro de las protestas contra el régimen de Trípoli que ya han superado los seis meses sin lograr su objetivo de derrocar a Gadafi.