Las agroindustrias de la Campiña, en la picota por la crisis del pepino
Las empresas transformadoras y comercializadoras advierten de que están cerca de la quiebra y ya hablan de dejar la zona
JEREZ.Actualizado:El primer grito de socorro llegó de boca de los agricultores de la provincia, a los que el mazazo de la crisis del pepino ha dejado al borde de la ruina y sin opciones, ya que como destacan las organizaciones agrarias las ayudas que ayer mismo aprobó la Unión Europea (UE) «no traerán ni un euro a la provincia, ya que se han dejado fuera de posibles indemnizaciones los productos de esta zona como las patatas y las zanahorias».
Y ahora le ha tocado el turno a la propia industria transformadora de estos cultivos, las decenas de empresas ubicadas sobre todo en la Campiña de Jerez, que ayer mantuvieron una reunión de máxima urgencia con la patronal agraria, Asaja Cádiz, en la que expusieron que la pérdida de los mercados, la caída de precios y todas las secuelas del brote de E.Coli en Alemania les ha dejado seriamente tocadas, en algunos casos al borde de la quiebra, por lo que están sopesando ya abandonar la zona y echar el cierre.
Como expuso ayer el presidente de Asaja Cádiz, Manuel Vázquez, el problema de esta última crisis es que llega después de otros dos años muy malos para el sector por la huelga de transporte de hace dos y las inundaciones de la pasada campaña. «Se siguen sumando pérdidas, y no llega ninguna ayuda que dé oxígeno a las agroindustrias que ya existen en la zona, a las que habría que dedicar los escasos recursos que hubiera por la apuesta que han hecho para crear riqueza y empleo en la comarca», recalcó.
Las cifras de puestos de trabajo que mueven las diferentes empresas transformadoras y comercializadoras presentes ayer en la reunión (Expat, Coprodur, Agropecuaria La Florida, Arcoval, por mencionar solo algunas) son importantes, ya que cada una de ellas puede contratar entre la mano de obra para la planta de transformación y para la recolección en el campo unas 300 personas, y en algunos casos como el de Expat (ubicada en La Barca de la Florida) el número llega a 500. En total, son miles de empleo de la zona que se pueden ir al traste, «con un alto porcentaje de empleo femenino o con un buen número de casos en los que este sueldo es el único sustento de las familias», exponía ayer Juan Luis Pavón, de esta industria. Eso sin mencionar las empresas de transporte o las auxiliares de maquinaria, etc.
En la misma línea se expresó ayer Luis López de Carrizosa, productor de patatas y accionista de Coprodur, que reprochó que la comarca y sus 12.000 modernizadas hectáreas de regadío pueden no servir para nada «si no se ayuda a las empresas a seguir adelante».
Ante esta situación, Asaja ya ha solicitado una reunión a la consejera de Agricultura, Clara Aguilera, para tratar de buscar soluciones y para solicitarle que se pongan en marcha medidas que garanticen la viabilidad de las pocas industrias que hay en una zona «donde todo el acento se pone en su futuro agroalimentario», como recordó Cristóbal Cantos, de la patronal.
Así, a la Junta le pedirán líneas de financiación a corto plazo para las que tengan dificultades económicas puedan seguir adelante; dar una respuesta «profesional» a estos problemas con líneas de ayudas adecuadas y que «respondan a las necesidades de estos cultivos»; y la promoción de los productos afectados y del proyecto del PTA.