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A mí no me miren
La imagen de Julia Roberts es retirada de las calles de Londres por exceso de Photoshop
Actualizado: GuardarVoy a hacer una confesión. Y la voy a hacer a cara descubierta, sin necesidad de ponerme una banda negra en los ojos para mantener (o preservar, como se dice ahora) el anonimato. Por cierto que nunca he entendido ese sistema. ¿De verdad la gente deja de reconocer a su hermano, a un amigo, vecino o conocido en una foto por el hecho que aparezca con los ojos tapados? Si fuera así, no nos reconoceríamos por la calle los unos a los otros con gafas de sol. Y sería un lío, porque hoy las llevamos todos y a todas horas. Algunos, hasta de noche. Pero bueno yo iba a hacer una confesión y ya me estoy desviando... Aquí va: He sucumbido a la tentación del Photoshop. Así es. Por más que crecí viendo cantar a Manolo Escobar en la tele 'Con la cara lavada y recién peináaaa, niña de mis amores que guapa estáaaaas...' (en blanco y negro y moviendo él la cabeza igual que uno de esos perrillos que se ponían de adorno en el coche) y por más que nunca he sido muy de maquillarme (la raya en el ojo y a correr), ni de gastar fortunas en cremas milagrosas, bueno pues a pesar de todo eso, yo también he caído bajo el irresistible influjo del Photoshop. Y lo que es peor, para esas fotos en las que aparece el careto del articulista de turno y que total son tan diminutas que casi ni se nos ve. Bueno, dejen ya de escudriñar que la manipulación fue pequeña: blanquear un poco los dientes, borrar sombra aquí, sombra allá... Los fotógrafos en eso son unos artistas. Y es tan fácil, tan rápido, tan indoloro, tan sumamente tentador...
Viene esto a cuento de Julia Roberts y Christy Turlington. Resulta que L'Oréal ha tenido que retirar de las calles de Londres unos carteles en los que aparecen la actriz y la modelo. Se lo ha pedido la Autoridad de Estándares en la Publicidad del Reino Unido por considerar que en ellos las bellas salen demasiado 'photoshopeadas'. «Un poco de honestidad», le reclaman al gigante francés de la cosmética. Lo cual es como decir: «Venga ya, que sabemos que estas tías tienen más arrugas». Y es que Julia a sus 44 años estará muy guapa, pero no tan perfecta como dicen que la ha dejado esa crema. Sin embargo, el virus del Photoshop es ya una pandemia. La perfección virtual nos invade. La prensa del corazón se ha convertido en un santuario del retoque, empezando por ¡Hola!. Esa revista debería cambiar su cabecera y titularse 'Hola, Photoshop' ó 'Adiós a la imperfección humana'. Hojeándola tiene una la sensación de que en las playas terrícolas la gente normal ha sido sustituida por replicantes, satinados y perfectos. Dicen los editores que esa droga visual nos la dan para hacernos soñar. Pero, por comparación, lo que nos hace es llorar. Por eso les digo que no se lo crean. Que eso tiene truco. Ya ven que ni la foto de esta articulista es del todo real.