Alberto Fabra: «Aspiro a que solo se hable de Valencia en positivo»

Llegó, juró y habló. El nuevo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, solventó su toma de posesión ante el pleno de las Cortes valencianas en menos de quince minutos. Los que tardó en ocupar el nuevo sillón azul que se reserva a los miembros del Gobierno, jurar su cargo en valenciano y realizar su breve pero intencionada proposición de Gobierno. Lo demás, es intrahistoria.

Alberto Fabra dejó ayer página impresa en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Una de esas que solo los presidentes pueden tener en su diario vital. Eso, y el título de 'Molt Honorable'. Su toma de posesión fue distinta desde el principio. En primera lugar porque el de Castellón no juró su cargo sobre la tradicional Biblia con el evangelio del día que solía usar su antecesor. El libro estaba presente, pero el nuevo presidente posó su mano para el momento del juramento sobre el Estatut. Un desmarque. Pero el exalcalde dejó ayer el cargo de eterno sustituto en las quinielas para comenzar una carrera en solitario. Mandó a Francisco Camps a su nuevo escaño, estrenó su nuevo sillón azul y comenzó la carrera política del que ya es quinto presidente con toda una declaración de principios. «Aspiro a conseguir que se vuelva a hablar únicamente en positivo de la Comunitat», espetó el presidente desde la tribuna.

Con pinceladas en valenciano (eligió esa lengua para su juramento), Fabra se liquidó su proposición de Gobierno en cinco páginas. Como claves del proyecto que desde ayer arranca en la Comunitat basado en siete puntos. Recuperación económica, creación de empleo y reducción del paro, garantizar una sanidad, educación y servicios sociales de calidad, austeridad y eficiencia en la Administración, equilibrio y mesura en el ejercicio de la política, y conseguir que sea una realidad la llegada del AVE, el agua y el corredor mediterráneo. Quiere liberarse del pasado y comenzar de cero su nueva etapa. «Me comprometo a ser un presidente con la mirada puesta en el futuro», dijo para comenzar a hablar de empleo y acabar con la crisis económica.

Un discurso que no dejó indiferente a nadie. La sorpresa del día la dejó la nula presencia de cargos de la dirección nacional del PP. Se había hablado de la secretaria general, Dolores de Cospedal, para asistir a la tribuna de invitados. El propio Fabra lo confirmó el día anterior, pero el gabinete de la presidenta castellanomanchega lo niega. ¿Iba o no a venir? «Pregúntenle a ella», dijo Fabra a los periodistas.