EE UU pone en jaque a la economía mundial
Siguen estancadas las negociaciones mientras los expertos auguran un escenario muy complicado para la economía global Crece la urgencia en resolver la crisis del techo de deuda
WASHINGTON. Actualizado: GuardarLa incapacidad de un puñado de congresistas de Estados Unidos de ponerse de acuerdo antes del 2 de agosto sobre el límite de la deuda sería una prueba difícil para la economía mundial, que se vería amenazada por una crisis de magnitudes inciertas.
Esta perspectiva hace temer un efecto dominó: ¿Hasta qué punto un bloqueo en el Congreso en Washington podría ralentizar o estancar el crecimiento del planeta? Nadie lo sabe.
En concreto, el departamento del Tesoro estadounidense opina que tras el 2 de agosto, si los congresistas todavía no han acordado elevar el límite legal de la deuda, el Estado no podrá responder a todos sus compromisos.
Como alrededor de 40% de su gasto se financia con endeudamiento, el Estado Federal estadounidense deberá elegir qué pagos realizará y cuáles retrasará. Esto significará la paralización de algunas administraciones, una incertidumbre sobre el pago de las prestaciones sociales e incluso el retraso en los pagos a sus proveedores.
«La nota AAA dada a la deuda de nuestro país se rebajaría», afirmó el lunes el presidente Barack Obama. «Los tipos de interés subirían» y «correríamos el riesgo de provocar una profunda crisis económica, en esta ocasión, causada casi totalmente por Washington».
Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtió el martes en el mismo sentido: «Tener un impago o una rebaja importante de la calificación asignada a Estados Unidos sería algo muy, muy, muy grave. No solo para Estados Unidos, sino para la economía mundial en general».
Sus economistas habían publicado el día anterior las conclusiones derivadas de un complejo ejercicio llevado a cabo por primera vez: la evaluación de los efectos de los acontecimientos económicos y financieros de Estados Unidos en el resto del mundo.
«Las repercusiones transfronterizas a corto plazo a partir de Estados Unidos sobre el extranjero son únicas por su importancia y muestran el papel central de los mercados estadounidenses en la fijación mundial de los precios de los activos», subrayaron.
Según sus cálculos, en los momentos de bonanza, cuando Estados Unidos crece al 1% «la mayor parte de los países del G20» gana alrededor de medio punto. Sin embargo, los economistas no han calculado cuáles serían las repercusiones en caso de que el crecimiento de Estados Unidos sufriera una desaceleración.
Pero «una pérdida de confianza» en la «credibilidad presupuestaria» de Washington «tendría repercusiones negativas mayores para el resto del mundo por el papel de referente mundial de los rendimientos sobre las obligaciones de Estado estadounidenses», advirtieron.
Lo cierto es que el crecimiento de la primera economía mundial ha menguado: bajó al 1,7% anual en el segundo trimestre, según las previsiones de los analistas antes de la publicación, el viernes, de las primeras estimaciones del Gobierno estadounidense.
Aunque «Estados Unidos pueda pagar sus facturas» en los plazos normales y aunque la crisis se resuelva pronto, «no es un buen momento para que esto (la falta de acuerdo en el techo de la deuda) llegue», explica Nariman Behravesh, economista jefe de la consultora IHS Global Insight. «Las consecuencias en otras regiones del mundo serían espectaculares, en particular en aquellas que tienen un crecimiento lento, como Europa. Porque el comercio con Estados Unidos se vería afectado», dijo.
Por su parte, el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, afirmó el martes que «sería una enorme insensatez que no se consiga superar esa situación (...). Creo en una solución, pero confieso mi preocupación por el rumbo que han tomado las cosas. Espero que haya sensatez esta semana y que las cosas se resuelvan».