El Atlético empieza en la montaña rusa

Mientras unos vienen y otros van, al Atlético de Madrid le ha llegado la hora de la competición. En construcción y con la incertidumbre de qué le deparará el futuro, el equipo español se tambaleó en el césped del Vicente Calderón tanto como en su proyecto para la nueva campaña. La segunda temporada de Gregorio Manzano alternó buenas notas como la frescura de Adrián y la pegada de Reyes con los habituales problemas en defensa que facilitan las posibilidades de sus rivales.

Durante el encuentro los turbulentos momentos de los despachos se trasladaron al estadio. De hecho, buena parte de los aficionados se olvidaron del choque para dedicar distintos cánticos a los recién traspasados Sergio Agüero y David de Gea mientras su equipo vacilaba ante un débil rival noruego.

La primera parte enseñó las carencias de un Atlético con fichas reingresadas como las de Tiago y Forlán y con un nivel de ambición y esfuerzo físico inferior al de su rival. Aún así, Adrián y Reyes dispusieron de buenas ocasiones en la primera parte, aunque se encontraron con Larsen para evitar el gol. Sin embargo, fue en la segunda parte cuando la falta de intensidad atlética propició dos buenas oportunidades visitantes y un penalti no señalado de Joel.

La zurda de Reyes

El susto pareció despertar a los futbolistas y a los aficionados, que se percataron de que no era un amistoso veraniego sino su futuro europeo lo que se jugaban. De inmediato trenzaron una precisa jugada que acabó con el disparo de Reyes a gol tras un buen servicio de Adrián. El tanto tranquilizó a los españoles, que se sintieron tan superiores en todo momento que se dedicaron a detalles de calidad y alguna llegada al área como la de Forlán que acabó con remate al palo antes de que el uruguayo se sentara a descansar. Poco después se repitió la acción con una buena dejada de Adrián a Reyes y un nuevo gol del andaluz en los mejores momentos de los españoles.

Con todo a favor por primera vez durante la eliminatoria no tardó el Atlético en fomentar su fama de equipo impredecible merced a la expulsión directa de Mirand. La respuesta inmediata fue el paso atrás de Gregorio Manzano con la entrada de Perea y otro adelante Ronny Deila con la incorporación de un delantero. El resultado fue el esperado. Mientras el público silbaba la entrada de Raúl García los noruegos aprovecharon el despiste local para que Storflor anotara un gol merecido por actitud y juego.

Con este resultado el Atlético tendrá que sufrir en Noruega si quiere pasar a la siguiente fase de la competición europea. Tendrá una semana para resolver las dudas que rondan en jugadores y seguidores después de las salidas traumáticas de Agüero y De Gea y las aparentes improvisaciones para tapar sus huecos. De momento, el noveno equipo de la liga noruega está a un paso de eliminarlos.