SIN PREMIO PARA LA ÉPICA

Salvo que el 'Arc de Triomphe' se desplome en mitad de los Campos Elíseos, el australiano Cadel Evans celebrará hoy su primer triunfo en la clasificación general del Tour de Francia. Después de mucho pedalear y de tener la victoria al alcance de la mano en alguna que otra ocasión, al fin Evans terminará la 'Grande Boucle' de amarillo. En estos casos hablar de justicia resulta ridículo, pues el australiano simplemente ha llegado antes a la línea de meta que el resto de sus rivales, pero lo que es más que evidente es que en esta edición del Tour la épica no ha tenido premio. El de Evans ha sido el triunfo de la regularidad, del sacrificio, del sufrimiento, del silencio. En definitiva, Cadel ha vencido con un estilo parecido al del gran Miguel Indurain. Tirando de riñones en la alta montaña y sentenciando ante el crono. Solo gana uno, pero en el fondo es una lástima que hombres como Alberto Contador y sobre todo Andy Schleck tengan que vivir hoy un papel secundario. La etapa que firmó el huesudo luxemburgués quedará casi tan grabada en la historia del Tour como el triunfo final de Evans. Y la valentía de Contador solo hace presagiar que la próxima edición el de Pinto volará de nuevo, si se lo permiten.