LOS CIERRES
Actualizado: GuardarVarios comercios de toda la vida de la Bahía han anunciado su cierre y eso ha provocado una cadena de «lástimas» entre mucha gente. Todos decimos que qué lástima que cierren pero lo hacen, sencillamente, por una cosa, porque nosotros hemos dejado de apoyarlos y no compramos en ellos.
Es cierto que estamos viviendo una especie de nueva revolución industrial, una época de cambios profundos y esto significa también la caída de cosas de toda la vida. De todos modos creo que es necesario pensar un poquito. Se habla de que los pequeños comercios cierran porque no son competitivos, son caros, incómodos y no dan facilidades.
He comprobado, en muchas ocasiones, que comprar un producto en una tienda especializada sale más barato que en una gran superficie, a pesar de que todos los carteles en naranja fosforito digan lo contrario. Esto es una guerra desigual, grandes corporaciones, con todo el dinero del mundo y con todo el poder del mundo, imponen su modelo de sociedad, una sociedad en la que «todos deben».ahí está la clave porque siempre estarán ellos para cobrarse «el favor de prestar». Frente a eso están los pequeños que intentan romper con la corriente. En medio están los clientes. Esos son los que tienen que decidir.
Tendremos que ver que pasa si siguen desapareciendo tanto pequeño comercio y todo se va centrando en unos pocos. Tengamos en cuenta que la desaparición de todos estos pequeños negocios significa también la desaparición de muchos pequeños puestos de trabajo, que si se van sumando ya veremos lo que significan. Al final todos terminaremos trabajando, o mendigando trabajo, para esas grandes corporaciones y me parece a mí que, de esa manera, la sociedad del bienestar será historia.
En manos de los clientes está el futuro. Si se apuesta por lo cómodo, por las grandes superficies o se apuesta por una postura más responsable tratando de mantener esta red de pequeños, comprando en ellos. El cuidado del medio ambiente está en todo el mundo, en que cada uno, con pequeños gestos, contribuyamos a que no se deteriore más. Aquí, la fórmula es la misma. Decir «qué lástima» no basta. Cada uno, con una pequeña compra, debe evitar que se pierdan todos estos pequeños negocios. De lo contrario ya sabemos lo que nos espera.les llaman mercados.